Todos los atardeceres de invierno, el cielo de Huesca se cubre de nubes negras. Durante unos minutos precipitarán la belleza que llevan suspendida sobre algunos de los árboles de la ciudad. Gotas sonoras de naturaleza que nos permiten recordar nuestra pertenencia como especie a este hermoso planeta que habitamos.
El Homo sapiens algunas veces tenemos poco de sabios y mucho de echar la culpa a otros como niños o adolescentes, tal vez sería más adecuado habernos autoproclamado “Homo quejosus”.
Los estorninos llevan años en el primer puesto de la lista de los oscenses como los causantes de las mayores desgracias medioambientales, casi considerados como una plaga bíblica que ha decidido hacernos la vida imposible, ensuciando nuestra ciudad con sus excrementos, transmitiendo enfermedades, molestando con sus estridentes cantos al atardecer (nunca pensé que pudiera haber tanta gente durmiendo la siesta a las seis de la tarde) y por supuesto a hacernos gastar miles de euros de dinero público para intentar erradicarlos.

Todavía existe mucha gente que cree el increíble bulo de que fue Félix Rodríguez de la Fuente el que soltó en España los estorninos para acabar con ese otro animal odiado que es la procesionaria.
La empresa de educación ambiental Huesca Naturaleza ha decidido realizar durante los miércoles 20, 27 de diciembre y 3 de enero, una actividad gratuita para explicar a todos los oscenses que quieran acercarse al parque de las Mártires la verdad de estas increíbles aves.
Los estorninos son unas aves extremadamente inteligentes y sociables, con un lenguaje complejo que les permite transmitir información al resto de una manera muy rápida y que les hace adaptarse a nuevos entornos buscando soluciones complejas, forman grupos familiares donde conviven ejemplares con diferentes personalidades y jerarquías.
Durante la actividad explicaremos el conocimiento científico todo lo que sabemos de estas aves, por qué aparecieron en Huesca durante los años 90 y no antes, de donde vienen, si son ellos los que generan los molestos excrementos de algunas calles, por qué vuelan formando esas nubes de miles de individuos y cómo pueden hacerlo, por qué no sirven los métodos empleados para ahuyentarlos, etc.….
Hoy en día, la etología es una ciencia que nos puede ayudar a comprender los métodos para poder convivir con ellos sin gastarnos dinero, durante la visita se aportarán ideas para hacerlo posible y tal vez los que se acerquen se sorprendan de lo sencillo que puede ser.

Una pista, lo primero es dejar de hacer ruidos molestos al atardecer, que no sirven para nada y generan el efecto contrario a lo que se pretende (esos sí que molestan, y mucho, a los vecinos) y empezar a pensar en lo que a ellos les gusta y lo que odian, eso que hace que por ejemplo en el cerro de San Jorge, donde se dan las condiciones de otros lugares para descansar por la noche, no lo hagan.
Pero sobre todo empezar a educar a la ciudadanía, hablando en positivo de una especie que nos regala cada atardecer un espectáculo natural que nos convierte a los oscenses en unos privilegiados por poder disfrutarlos.