Un excura escolapio irrumpe en la acusación al Padre Pedro para fechar en 2010 el origen de la denuncia, incluso contra el texto de la víctima de pederastia ante la Fiscalía mexicana

La Orden Escolapia rechaza que el hoy obispo de Huesca y Jaca conociera entonces el caso de las violaciones y afirma que su actuación en 2019 cuando lo supo fue "diligente, transparente y responsable"

11 de Octubre de 2025
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Corpus Christi en Huesca con el obispo Padre Pedro Aguado. Foto Carlos Jalle
Corpus Christi en Huesca con el obispo Padre Pedro Aguado. Foto Carlos Jalle

La denuncia al Padre Pedro, hoy obispo de Huesca y Jaca, por una víctima de pederastia por encumbrimiento del victimario ha dado un giro de tuerca por la irrupción de un segundo sacerdote, Baltazar Sánchez, que asegura que ya informó en 2010 al Superior de la orden de las violaciones sufridas por Javier Alcántara, tal y como señala el diario El País en su edición de este 11 de octubre. El propio Alcántara también aduce este argumento temporal que tiene su importancia en el caso.

En la información en exclusiva en España de EL DIARIO DE HUESCA el 15 de septiembre de 2025, se recogía sin embargo una circunstancia especificada en la denuncia de Javier Alcántara ante la Fiscalía General de México, documento ofrecido a nuestro medio por el mismo denunciante. En la página 8, afirma que "a la parroquia Sagrado Corazón llegó un sacerdote nuevo de nombre Baltazar, no recuerdo sus apellidos. Él se dio cuenta de que José Miguel me violaba y me dijo que lo iba a denunciar. Sin embargo, yo lo defendí y no permití que lo hiciera, incluso advertí a José Miguel que Baltazar lo quería denunciar. A la semana siguiente cambiaron a José Miguel a España por un nombramiento, tuvimos contacto aproximadamente un año a partir de que él se fue a España". Es el inicio, tras el relato de las violaciones, de una posterior narración de su caída en el alcohol y las drogas hasta que el 28 de junio de 2018 decidió contarle a su madre las agresiones sexuales "y acercarme nuevamente a la Iglesia para buscar Justicia. A través de mi madre que vive en Inglaterra vía correo electrónico, contactamos a la Casa General que está en Roma. Al día siguiente, el Padre Pedro Aguado Cuesta, que es el superior general recientemente nombrado obispo, le respondió el correo a mi mamá y le dijo que le esperaba en Roma a la semana siguiente. Le proporcionó incluso los boletos de avión y 200 euros para su estadía".

El propio exescolapio Baltazar Sánchez es el que ahora, cuatro años de dejar la orden para ejercer el sacerdocio en Nueva York, aduce que informó personalmente a Aguado en 2010 de los abusos de José Miguel Flores a dos menores, y que por tanto sí lo supieron tanto él como el Superior de México. Se sobreentiende que no informó en ese momento a Alcántara, que le había prohibido comunicarlo, como expone en la denuncia.

"DILIGENTE, TRANSPARENTE Y RESPONSABLE"

Puestos en contacto con la Orden Escolapia nuevamente, se rechaza rotundamente esa fecha de 2010 y se apunta al propio testimonio de Alcántara en la denuncia ante la Fiscalía General de Ciudad de México, en la que precisamente alude a su negativa a que Baltazar Sánchez denunciara a José Miguel Flores y también data en el 7 de octubre de 2019 a las 10:30, en el Hotel JM Marriot del Boulevard Luis Donaldo Colossio, su primer encuentro en Cancún.

La Orden, al igual que en la exclusiva de este diario hace veinticinco días, reconoce que "fallamos indiscutiblemente porque ese delito se produjo con una víctima que estaba bajo nuestra tutela". De hecho, el conocimiento de este caso ha propiciado un nuevo protocolo de prevención y lucha contra los abusos sexuales.

Pero, a partir de ahí, sostiene que "la actuación del Padre Pedro fue diligente, transparente y responsable", y que procuró para la víctima "todo el confort que se puede dar, espiritual y económicamente, a quien ha sufrido semejante desgarro". Naturalmente, afirma que la Orden está dispuesta a hacer frente a cualquier proceso jurídico y civil, pero agrega que "en el plano canónico la actuación del Padre Pedro fue impecable y, de hecho, el victimario fue expulsado como sacerdote" por sentencia vaticana tras abrir el proceso el hoy obispo de Huesca. Sobre la denuncia de Javier Alcántara de que siguió oficiando misas hasta fallecer en 2022, por lo que agrega en la causa a Fernando Hernández y José Luis Sánchez, aseguran que no tenían consciencia, aunque a esas alturas Flores ya no pertenecía a la Orden.

Nada aparece en la denuncia de Javier Alcántara a El País de las sospechas emitidas sobre la posibilidad de que José Miguel Flores no hubiera fallecido, probablemente por haber aparecido el acta de defunción de la que nuestro medio ya informó el 15 de junio.

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