José Luis Sánchez Sáez, 80 años de edad, ha fallecido en la ciudad de Huesca. Una figura que el apego a la historia y a la verdad debiera reivindicar por cuanto ha constituido un paradigma de dignidad, de coherencia y de filosofía en el servicio público. Un gran conversador con el que cada intercambio era una profunda lección.
José Luis Sánchez, alcañizano nacido el 21 de octubre de 1944, fue miembro fundador de la corriente Izquierda Socialista, la única reconocida con personalidad propia en el PSOE incluso hoy, donde no deja de ser una minoría testimonial. Y también que estudió el Técnico de Grado Medio que le otorgó el oficio de perito industrial con el que fue trasladado a la Central Hidroeléctrica en Energía e Industrias Aragonesas que le elevó del Bajo Aragón al alto Pirineo. Llegó a tales filas previa militancia en UGT.
José Luis Sánchez Sáez fue voz referente nacional dentro de aquella Izquierda Socialista fundada en 1979 como una consecuencia del crítico 28 Congreso y con la firma de Luis Gómez Llorente, Pablo Castellano, y el propio Sánchez Sáez. Huesca tuvo un peso importantísimo en la corriente democrática y acabó convirtiéndose en la única provincia donde disfrutaba de una posición hegemónica en términos minoritarios, en un partido distribuido en cuatro grupos (la Plataforma de Carlos García-Fernando Elboj-Antonio Calvo, los oficialistas de Víctor Morlán-Marcelino Iglesias-Ramón Justes, los Monegrinos con Juan José Rodríguez-Mirallas-Ismael Gavín como puntas de lanza y la propia IS estructurada en buena medida en torno a UGT, con Julián Lóriz y Julián Castellor como cabezas visibles).
La nombradía de José Luis Sánchez era palmaria y encabezó la lista del PSOE por la provincia de Huesca, con lo que formó parte de la bancada socialista de la II Legislatura, la primera de Felipe González como presidente tras su victoria en octubre de 1982.
Un factor determinó que la preponderancia de IS perdiera efecto por la conjunción de los otros tres grupos oscenses: el referéndum de 12 de marzo de 1986 en el que Izquierda Socialista, con el respaldo de UGT además de otras organizaciones de la izquierda, se desmarcó de las tesis oficiales de la continuidad en la Otan. El adelanto electoral motivó un importante apoyo de las agrupaciones locales a José Luis Sánchez, pero la cabeza del partido decidió desoirlo y el designado fue Víctor Morlán. El 15 de mayo, en una asamblea de la corriente, calmó los ánimos que conducían algunas posturas hacia el abandono del PSOE. Santiago Marraco, secretario general regional, adujo que la exclusión de Sánchez "no era ninguna tragedia" y que la determinación final había sido del Comité Federal.
La constatación del nuevo rumbo político, con una progresiva pérdida de influencia de la corriente, se produjo el 14 de septiembre de 1984, cuando el dedo decisorio de Santiago Marraco apeó cualquier posibilidad de su candidato, a la sazón Julián Castellor, en beneficio de Francisco Pina Cuenca -de los oficialistas- que iniciaba de esta manera una larga trayectoria como secretario general.
Casado y con dos hijos, José Luis Sánchez se retiró a su trabajo aunque muy pronto, en 1987, fue elegido diputado autonómico en la III legislatura, presidida en el Gobierno por Hipólito Gómez de las Roces y por Juan Bautista Monserrat en las Cortes de Aragón. Allí presidió la Comisión de Economía.
Sánchez Sáez, curioso, pausado y estudioso, amplió su universo de conocimientos a través de la filosofía, lo que le confería un discurso de tono doctoral y agradable, sin necesidad de gestualidades ni de alharacas. Los diálogos eran pausados, serenos y dotados de una gran sabiduría sobre la política y sobre otras disciplinas humanísticas.
Encontró en la política local, como alcalde de Sallent de Gállego, un cauce magnífico para su congruencia en el ideario en los terrenos más pegados a la ciudadanía. En el fondo, era un idealista, pero también una persona cercana, cabal, sensata, racional, capaz de andar despacio por las calles empedradas, filosofando con certeza, soñando con un mundo mejor, en buena medida con su siempre bien intencionada actitud conservacionista.
En su trayectoria consistorial, una tragedia marcó la vida de la villa a través de la muerte. El asesinato por ETA de José Ángel de Jesús Encinas e Irene Fernández Pereda. José Luis Sánchez dejó unas palabras lapidarias y emocionantes. "Espero que la muerte de Irene y José les pese toda la vida a estos señores que no son conscientes del daño que hacen. Son gente sin alma, fascistas, y los demócratas debemos mantener la serenidad para seguir combatiéndolos con las armas de la democracia".
Pinceladas de su pensamiento, el 10 de julio de 1986, disfruté del placer de leerle una tribuna en aquel diario de Angulo titulada "Sísifo en política" después del revés que definió su encrucijada en su acción pública. "Hoy todavía es el tiempo en que parte de la izquierda, socialista aragonesa, iniciamos el descenso a la llanura. Es un duro momento, pues la roca acaba de rodar cuesta abajo. El estrépito ha sido profundo y hondo; se han triturado tantas cosas, que por un momento, sólo por un momento, la desesperanza ha nublado algunos ojos... Es sabido, por toda conciencia revolucionaria: lo importante es que existe el más acá de la nostalgia".
Este 22 de mayo de 2025, José Luis Sánchez vuelve a través del recuerdo a levantar la roca hasta la montaña, como Sísifo. Y quienes le admiramos y quienes le han querido siempre en defensa de su coherencia tienen la oportunidad de despedirle con los honores humildes que merece este viernes 23 en el Tanatorio Hermanos Santander. Descanse en paz un hombre bueno, sabio y tranquilo.