Discretamente, de la misma manera que vivió, ha fallecido en Zaragoza Heliodoro Dols. Nacido en Valencia, en 1933, cursó los estudios de Arquitectura en la Escuela de Madrid, junto a destacados arquitectos como Fernando Higueras, Miguel de Oriol y Curro Inza, entre otros. Ganó el Premio Nacional de Arquitectura en el año 1965 en colaboración con el pintor Antonio López.
El templo y recinto de Torreciudad en Huesca es la obra más conocida de Dols y uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura sacra española del siglo XX. Dols dirigió su construcción entre los años 1970 y 1975. En el proyecto de Torreciudad Dols incluyó numerosos ejemplos de la arquitectura popular del Alto Aragón, inspirándose en elementos presentes en Angüés, Graus o Aínsa, entre otros. Asimismo, gestionó el encargo de escultura del retablo de alabastro, inspirado en los de las catedrales de Barbastro, Huesca y El Pilar.
También proyecta en Zaragoza la ordenación del entorno y viviendas de la Plaza de San Bruno y la rehabilitación de la Basílica de Santa Engracia; en Logroño las viviendas de la urbanización El Carmen, junto con Curro Inza.
Cuenta también en su trayectoria con varias obras en Barbastro, como la Casa de los Escrivá, la iglesia dedicada a san Josemaría, el monumento de Rafael Fernández de Vega, la ordenación de la Plaza Diputación y la rehabilitación de la Casa Palá.
Son obras de Dols la sede de los Juzgados de Boltaña, el Edificio ERZ en Jaca (hoy sede de la Comarca de la Jacetania), el Convento de las Carmelitas Descalzas de Santa Teresa de Huesca y el edificio de servicios de viabilidad invernal en Bielsa; así como el Plan Parcial Llano de Samper (Jaca) y el Informe Técnico para declaración de Área de Rehabilitación Preferente del casco histórico de Boltaña.
La obra de Dols contiene las principales características que han marcado una época: la integración de la arquitectura en el paisaje; la referencia a la arquitectura popular y la tradición; la geometría como vehículo de expresión y creación formal; y la búsqueda de la integración de las artes en estrecha colaboración con importantes artistas plásticos.
Su arquitectura se basa en la fuerza expresiva de los materiales y de los elementos tectónicos, en la autoridad de la arquitectura adintelada heredada del mundo antiguo, en el empleo de elementos implacables como la cubierta, la columna y el muro. Dols ha conseguido un sello propio en sus edificios que hace que su arquitectura sea reconocible y diferente. Deja una herencia de arquitectura moderna, amable, sincera y madura. Una arquitectura auténtica, legítima y honesta, con una imagen dominante que dota de unidad y naturalidad al proyecto, trascendiendo cualquier convención.
(*) Javier Domingo de Miguel es doctor arquitecto con la tesis La arquitectura de Heliodoro Dols Morell defendida en la Universidad de Navarra en 2022. Recientemente ha publicado Heliodoro Dols. Tradición, modernidad, autenticidad (Ediciones Asimétricas, 2025).