Ansó ha vuelto a reunir a los herederos institucionales que mantienen activo y en vigor el Tratado Pax Avant o Tratado de las Tres Vacas. Ha sido este jueves en un acto que ha incluido la firma de un documento para la solicitud a la Unesco de la inclusión de este pacto de paz internacional en vigor desde hace 650 años en el listado de Patrimonio de la Humanidad.
Ante un público numeroso y una amplia representación de autoridades, los alcaldes del Valle de Roncal y del Valle de Baretous (Pirineos Atlánticos) han vuelto a estrechar sus manos frente al grupo de “hombres y mujeres buenas de Ansó” y han pronunciado al unísono las dos palabras que consiguieron poner fin a un largo y sangriento conflicto: ¡Pax Avant! (“¡En adelante, paz!”).
Las intervenciones, pronunciadas en francés, euskera, bearnés y español, han coincidido en destacar el valor de la palabra como herramienta para resolver los conflictos. “Hace 650 años se consiguió demostrar que es posible, y hoy deberíamos seguir apostando por el diálogo para avanzar en la sociedad actual”, ha señalado la alcaldesa de Ansó, Blanca Alfonso de la Riva. “Además, como ansotana y aragonesa, es un orgullo seguir rememorando a aquellos hombres buenos de esta tierra que consiguieron la paz entre territorios”, ha añadido.

En su intervención, la alcaldesa ha recordado el origen del tratado, firmado el 16 de octubre de 1375, “cuando las disputas por los pastos y las aguas llevaron a enfrentamientos que ni el rey de Navarra ni el vizconde de Bearne lograron resolver”. Fue entonces, ha indicado, “cuando se acudió a una tercera tierra, en el reino de Aragón, y seis hombres buenos de Ansó encabezados por el alcalde Sancho Gracia dictaron una sentencia justa que puso fin al conflicto”.
La alcaldesa ha evocado también el simbolismo del gesto que, desde entonces, se repite cada 13 de julio, cuando los baretoneses entregan tres vacas a los roncaleses como símbolo de paz. “Más allá de lo material -ha destacado-, este acto representa la reconciliación, el respeto mutuo y la fuerza de la palabra dada”. Ha recordado que “ni siquiera la guerra logró romper este compromiso”, cuando en 1793, pese a la prohibición del ejército francés, “los vecinos de Aramits cruzaron la frontera y dejaron las tres vacas en la plaza de Isaba, reafirmando que los pactos entre pueblos están por encima de los conflictos entre naciones”.
Alfonso de la Riva ha expuesto que el Tratado de las Tres Vacas fue declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Navarra en 2011 y Bien de Interés Internacional por la Comunidad de Trabajo de los Pirineos. “Hoy aspiramos -ha añadido- a que la Unesco lo reconozca como Patrimonio Mundial, no solo por su antigüedad, sino por lo que representa: un ejemplo de justicia vecinal, de paz construida desde la palabra y el entendimiento”.
Durante la firma del documento que inicia la tramitación formal de la petición que ha llegar a la Unesco, los presentes han entonado la canción que al territorio pirenaico, Aqueras montañas. La jornada ha finalizado con exhibición de guía de vacas ansotanas bajo las órdenes de un pastor y perros franceses.