Un centenar de oscenses nacidos en 1969 se dieron cita este sábado nuevamente, cinco años después de su última gran reunión, para conmemorar la llegada de los 55 años en lo que denominaron "la edad de la perfección". El encuentro, organizado a través de grupos de WhatsApp y el boca a boca, logró reunir a compañeros de los institutos Ramón y Cajal, Lucas Mallada, Colegio Altoaragón, Torre Mendoza, Pirámide, así como a amigos del barrio y a cualquiera de la misma generación que quisiera sumarse a la fiesta..
El día comenzó con emotivos abrazos y nostálgicas preguntas sobre la vida actual de cada uno, llenando el ambiente de una emoción palpable y un entusiasmo desbordante. La comida, celebrada en el restaurante del Casino, fue el escenario de brindis y agradecimientos, con Susana Lacostena liderando la organización, cuyo único propósito era disfrutar, "porque hay que celebrarlo todo".
Tras los postres, Josancito DJ se encargó de animar la tarde, solucionando algunos problemas de sonido iniciales para luego hacer vibrar el lugar con las canciones míticas de esa generación "tan especial". Los grupos de amigos se mezclaron, reviviendo esa infancia tranquila y una juventud llena de diversión compartida.
La celebración continuó en el escenario de Bendita Ruina, que se llenó de energía y nostalgia con la actuación de dos destacados grupos: Illoketse y Judas. Estos lograron transportar al público en un viaje musical inolvidable.
Illoketse encendió los ánimos con su repertorio rockero, incluyendo temas como "Sábado a la noche" y "Mueve tus caderas", que engancharon al público desde el primer acorde. Su versión rockera de clásicos españoles de Rocío Jurado y María Jiménez, interpretados con la potente voz y carisma de Miguel, el cantante, logró la conexión. El punto culminante de su actuación llegó con "La la la", coreado y bailado al unísono por todos los presentes.
La segunda parte del concierto fue protagonizada por Judas, que, con Iñaki en la batería y los guitarristas Fernando y Fran, junto a Fernando Bescos en el teclado y Roberto al bajo, llevó a los asistentes a los geniales años 80. Su repertorio incluyó temas de Loquillo, Alaska e Ilegales. La energía subió aún más con temas más gamberros de bandas como La Polla Records y Kortatu, entre los que no faltó “Mierda de ciudad” con una interpretación memorable de Iñaki.
El clímax de la noche llegó cuando los siete músicos se reunieron en el escenario. La despedida, al ritmo de "San Lorenzo", fue un momento espectacular donde músicos y público bailaron juntos, cerrando casi tres horas de actuación.
El evento dejó un recuerdo imborrable entre los asistentes, quienes se llevaron a casa la memoria de una noche mágica llena de música, reencuentros y una energía que, según dice, "solo la generación del 69 sabe irradiar".