El cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, ha salido al balcón de la Plaza de San Pedro y ha pronunciado el ceremonial: "Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam!" Y el nombre: Eminentísimo y reverendísimo León XIV, Robert Francis Prevost.
Es el primer estadounidense que alcanza el Papado, a sus 69 años, que ya aparecía en las quinielas, muy próximo a Jorge Mario Bergoglio. Nacido en Chicago, licenciado en Matemáticas, ha estado al frente de misiones en Perú durante cuarenta años. Un papa de orden religiosa, en concreto de los Agustinos. Tiene raíces francesas y españolas (su segundo apellido, Martínez, le delata) y de él se dice que tiene una gran visión internacional.
El Papa León XIV, al que se le ha visto visiblemente emocionado ante la algarabía de una abarrotada plaza de San Pedro, conde ha pronunciado su primera bendición Urbi et Orbi. "La paz sea con todos vosotros" han sido sus primeras palabras con las que se ha dirigido "a toda la tierra".
Interrumpido por los aplausos y aclamaciones, "una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante, proviene de Dios que ama a todos". Ha tenido un recuerdo emocionado al Papa Francisco. "Dios ama a todos", y ha pedido que "seamos discípulos de Cristo". La humanidad "necesita de su amor" y hay que construir con el diálogo y el encuentro, como un solo pueblo siempre en paz. "Gracias al Papa Francisco", y la plaza ha prorrumpido en una gran aclamación. Paz, justicia, trabajar y proclamar el Evangelio. "El mal no prevalecerá".
Ha pronunciado un saludo en español. Un saludo especial a su querida diócesis de Chiclayo en Perú, "un pueblo fiel que ha acompañado a su obispo y compartido, y ha dado tanto, tanto para seguir siendo iglesia". Ha apostado por una Iglesia sinodal, que camina, que busca siempre la paz y la caridad.
Palabras para la Virgen, con un rezo del Avemaría con lo fieles que se encuentran en la plaza de San Pedro. Ha concluido con la bendición Urbi et Orbi.
A las 18:07, después de una larga espera de dos días, en la chimenea del Vaticano ha aparecido la Fumata Blanca que ha provocado la euforia, a la espera de conocer el nombre del Pontífice, el 267 en la Iglesia Católica.
El Cónclave ha simbolizado la buena nueva después de dos días de reuniones.
Automáticamente, todas las campanas de las iglesias de Huesca y de la provincia han empezado a voltear alegres ante la noticia tan esperada.