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Un mundo cada vez más vulnerable a la pobreza

Comercio Justo Huesca reivindicada su modelo para combatirla

02 de Noviembre de 2023
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Productoras de café de la Cooperativa Ankole en Uganda. Un mundo cada vez más vulnerable a la pobreza. Foto: Pablo Tosco / Oxfam Intermón
Productoras de café de la Cooperativa Ankole en Uganda. Un mundo cada vez más vulnerable a la pobreza. Foto: Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Desde que en el año 1992 la Organización de Naciones Unidas (ONU), declarara el 17 de octubre como Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, éste es un mes muy importante para todas las entidades de Cooperación, en nuestra tarea de concienciar a la sociedad sobre las desigualdades generadas por el actual sistema socio-económico y de cara a presentar alternativas reales al mismo.

En un mundo caracterizado por unos niveles de desarrollo, recursos económicos y medios tecnológicos sin precedentes, es un escándalo que cerca de 800 millones de personas -el 10% de la población mundial- vivan en situación de pobreza extrema. Acabar con ella es uno de los mayores retos globales al que nos enfrentamos, pero las diferentes crisis alimentarias, económicas, energéticas, medioambientales, sanitarias… entrañan considerables riesgos para alcanzar el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acordados internacionalmente en 2015 por 193 países: “Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo”.

Precisamente, la lucha contra la pobreza, la desigualdad y el deterioro medioambiental, es seña de identidad de la mayoría de las entidades que formamos la iniciativa HazteCoop en Huesca. Una de ellas es Cáritas, que ya en 2001 -a través de su programa de Cooperación Internacional- apostó por el Comercio Justo como respuesta a las desigualdades globales que plantea el comercio internacional con sus pautas de producción y consumo; claramente inviables y cuyos beneficios no llegan de igual manera a todas las personas.

Café
Productora de café de la ‘Cooperativa Aldea Global’ en Nicaragua - Foto: Oxfam Intermón

El Comercio Justo nace en los años 60 para garantizar que los productores-as de los países económicamente menos desarrollados, puedan acceder a una relación comercial justa y reciban un precio que refleje los costes reales de producción, de trabajo y medioambientales. Desde entonces, lleva demostrando con creces ser una potente herramienta para dicho fin, al tratarse de una alternativa donde prevalecen valores que abarcan aspectos tanto sociales como ecológicos.

Así lo destaca la Coordinadora Estatal de Comercio Justo cuando -en sus aportaciones al Plan Director de Cooperación- indica que “es una finalidad esencial del Comercio Justo promover el progreso económico, social y el trabajo digno de colectivos vulnerables, su correcta remuneración y protección social, así como el respeto a sus derechos laborales, mediante relaciones comerciales que cumplan […] los estándares internacionales de derechos humanos”.

El Comercio Justo comparte una misma finalidad y planteamientos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, contribuyendo de forma eficaz al desarrollo humano, a la protección medioambiental, al progreso social y económico, y a un reparto más equitativo de la riqueza.

(*) Serafín Ventura Haro

Técnico de Cooperación de Cáritas de Huesca

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