No faltaban los agoreros que presagiaban el final de nuestra era. No, no es solo Putin, el muy hijo de las peores entrañas del infierno. Ni tampoco los cuatro jinetes del apocalipsis que cabalgan por un planeta en descomposición. Ahí corre el caballo negro del hambre, el rojo de la guerra, el bayo de la muerte y el misterioso, el blanco que esconde la peste que avanza silenciosa, con virus asesinos, invisibles. Un plan de choque exige plantar cara al terror con un terror en positivo, divertido, enseñando los dientes, asustando a los seres del inframundo. Por eso Huesca, como toda la provincia, se ha vestido sus peores galas, al menos las más feotas, para hacer un canto a la vida y endulzarse al grito de "Truco o trato". Es como la pregunta de si el pájaro canta porque está alegre o está alegre porque canta. Es sí, o sí. Responda lo que responda el tendero, la camarera, el vecino o la residente, mirando a la cara a las niñas y al pícaro rostro a los niños no queda otra solución que mirar el zurrón, coger caramelos o golosinas y entregárselos porque, para los pequeños, son el combustible con el que seguirán esta noche por los siglos de los siglos.
Toda la ciudad se ha preparado para soportar la presencia de zombis, de brujas, de fantasmas, de piratas, de policías truculentos, de enfermeras heridas, de niñas del exorcista, de gemelas de El Respaldor, de personajes de dibujos animados por todas las calles. Osce Biella ha habilitado su túnel del terror para que todo el mundo penetrara por él. Es el trato. Es el truco. Es el miedo. Es la risa. Es el susto. Es la expresión reconfortante después de salir a la luz desde la oscuridad, a las farolas que ahogan las tinieblas que se quedan atrás. El alivio de la heroína y del héroe tomados de la mano para huir del riesgo, de lo desconocido, de esos infiernos y esos vacíos.
Nos guste o no, Halloween ha dado calabazas a la festividad tan nuestra de Todos los Santos, aunque no necesariamente son incompatibles. Aquella fiesta con tufillo anglosajón, yanqui, es la manifestación lúdica. Las visitas a los camposantos, el homenaje más reverencial, como corresponde al cariño y admiración por quienes nos han dejado.
La noche de Halloween se ha convertido en una de las más largas del calendario anual. El Ayuntamiento de Huesca, a través del Área de Derechos Sociales e Igualdad, celebra una fiesta de Halloween sin alcohol para jóvenes de 14 a 17 años en el Palacio de Congresos de 21.00 a 1.00 horas. Una oferta saludable con escenarios de ocio nocturno seguros para los menores" que ayude a practicar habilidades sociales a través de interacciones positivas. La fiesta incluye la actuación del DJ Satu, , acompañado de decoración y shows específicos de terror. Mucha marcha, mucha luz, muchos efectos especiales.
Pero esta acción de la Red de Ocio Joven no acapara toda la actividad nocturna. Los establecimientos de noche tienen, ante sí, el reto de acoger a cientos y cientos de chavales y adultos que van a divertirse y a convivir. Que no es poco. Aunque Halloween invite a pasar un poco de miedito.