La Huerta Barbereta recoge la Parrilla de San Lorenzo, "una cosecha de oro" a toda una vida de trabajo

La familia Guiral Sanvicente ha recibido la distinción en un emotivo acto celebrado en el Museo

Mercedes Manterola y Myriam Martínez
29 de Julio de 2025
Guardar
Parrilla de Oro para Huerta Barbereta

El Ayuntamiento de Huesca ha celebrado esta tarde el acto de entrega de la distinción Parrilla de Oro de las Fiestas de San Lorenzo a la Huerta Barbereta, un reconocimiento que representa “la cosecha dorada” de cuatro generaciones dedicadas a la agricultura y al cuidado respetuoso de la tierra.

El acto, que ha tenido lugar en el patio del Museo de Huesca, ha contado con la asistencia de la Corporación Municipal, la familia Guiral Sanvicente, autoridades civiles y militares, mairalesas y mainate, danzantes, Banda de Música y presidentes de Peñas Recreativas, entre otros, y ha sido presentado por el periodista Javier Cao, con el acompañamiento musical de Lucía Domínguez.

La concejal de fiestas, Nuria Mur, ha comenzado leyendo el decreto de concesión de esta distinción, tras el cual, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, les ha impuesto la distinción a María José y Jorge Guiral, de Huerta Barbereta, como homenaje y reconocimiento a su amistad, su apoyo a las Fiestas de San Lorenzo y su contribución a la promoción de la capital altoaraonesa.

Jorge y María José han pronunciado un emotivo discurso en el que han repasado la historia de su familia y el legado agrícola que representa la Huerta Barbereta, una referencia en Huesca desde hace más de un siglo.

Jorge ha sido el primero en intervenir, visiblemente emocionado, subrayando que ambos representaban el esfuerzo de muchas personas. Ha mencionado a su abuelo, a sus padres Ana y Pepe, y a su hermano Lorenzo, a quienes ha señalado como artífices, motor y causa de estar hoy allí.

Ha expresado su agradecimiento a quienes han participado en la elección de la Huerta Barbereta como merecedora del mayor galardón que otorga la ciudad. Jorge ha reconocido que, desde que recibieron la noticia, se han sentido sobrepasados por una intensa mezcla de emociones entre las que ha destacado el orgullo, la euforia, la sorpresa y, sobre todo, una profunda alegría. Ha afirmado que este reconocimiento representa una trayectoria de más de cien años y cuatro generaciones dedicadas a la agricultura.

Entrega de la Parrilla de Oro a la Huerta Barbereta. Foto Myriam Martínez
María José y Jorge se han dirigido a los asistentes. Foto Myriam Martínez

Durante su intervención, ha realizado un recorrido por la historia hortelana de su familia, comenzando por el joven matrimonio formado por Leoncio Guiral y Bárbara Garcés, de una estirpe con larga tradición hortícola. Ha recordado que en la antigua Huesca, sin ensanches, el término de Almériz abarcaba las huertas situadas entre el puente de San Miguel y la ermita de Salas, regadas con agua del pantano de Arguis, la misma con la que continúan regando hoy sus frutos.

Ha destacado también la figura de su bisabuela, apodada la Barbereta, quien vendía puerta a puerta la cosecha diaria “capazo en mano”, en tiempos marcados por la escasez, la guerra, el autoabastecimiento y las interminables jornadas de trabajo.

Más adelante, ha recordado que su abuelo, José Guiral, continuó con el oficio, trasladándose a la huerta situada en la calle Lanuza 75, en el conocido cobajo de la calle San Martín. José se encargaba de producir las hortalizas, mientras que su esposa, María, las vendía en el desaparecido mercado de abastos, como tantas otras hortelanas que defendían su producto con gran pasión.

Jorge también ha mencionado la Fiesta del Mercado del 11 de agosto, cuando las hortelanas engalanaban sus puestos con albahaca fresca como muestra de agradecimiento a sus clientes y amigos, en una de las jornadas más señaladas del calendario comercial.

A continuación ha intervenido María José, quien ha centrado su discurso en la figura de sus padres, Pepe Barbereta y Ana, y en la transformación reciente de la huerta. Ha explicado que, con el crecimiento urbanístico, quedó acorralada entre edificios, lo que obligó a trasladarse a una nueva ubicación. Lejos de abandonar, la familia supo reinventarse, convirtiendo la huerta en un vivero desde el que actualmente suministran plantero a sus clientes.

Entrega de la Parrilla de Oro a la Huerta Barbereta. Foto Myriam Martínez
Varias generaciones de los Guiral Sanvicente. Foto Myriam Martínez

María José ha querido rendir homenaje a sus padres, afirmando que con esta distinción recogían una cosecha simbólica de oro, la de toda una vida de trabajo. Ha hecho alusión a noches en vela, al frío de las heladas de San Isidro, a las tormentas arrasadoras, a los años de sequía y a la esperanza puesta en el cielo.

Ha reivindicado que el campo endurece las manos y el carácter, pero al mismo tiempo otorga paciencia, calma y convierte a quien lo trabaja en un verdadero artesano que cuida la tierra en silencio, reservando los mejores frutos para obtener semillas que garanticen su continuidad.

Ha subrayado que el premio reconoce no solo el trabajo, sino también el profundo respeto a la tierra y al ritmo de cada hortaliza, algo difícil de mantener hoy en día. Gracias a este respeto, ha añadido, se han conservado numerosas variedades autóctonas, entre ellas una especialmente simbólica: la albahaca, que ha definido como la reina de las fiestas y un emblema que distingue a la ciudad.

En este sentido, ha recordado que se encuentran justo en el periodo en que la albahaca se forma y se redondea para lucir majestuosa en los días grandes, cultivada a partir de las mismas semillas que en su día engalanaban los puestos del mercado y que hoy siguen perfumando el aire al compás de las espadas en la Basílica, cada 10 de agosto.

Ha querido tener también un recuerdo para sus seres queridos ya fallecidos, asegurando que, como cada año, no les faltará ese ramico de albahaca. Y ha finalizado con un compromiso: continuar seleccionando las mejores semillas para que su magia no se pierda, una magia que, en sus palabras, solo un oscense es capaz de descifrar.

Ha cerrado su intervención agradeciendo, en nombre de ambos, todas las muestras de cariño recibidas estos días, asegurando que se sienten desbordados, y concluyendo con un emocionado viva a Huesca y a San Lorenzo.

Entrega de la Parrilla de Oro a la Huerta Barbereta. Foto Myriam Martínez
Orduna y Mur, con María José y Jorge, muy emocionados. Foto Myriam Martínez

LORENA ORDUNA

La alcaldesa ha recordado que las celebraciones de San Lorenzo, junto con la devoción hacia el patrón y su particular forma de festejarlo, han ayudado a definir la esencia de lo que significa ser oscense. Ha subrayado que en nuestra cultura culto y fiesta han ido siempre unidos, manteniéndose así esta tradición viva a lo largo del tiempo y configurando el alma de Huesca.

Orduna ha destacado la riqueza histórica y natural que ha caracterizado a Huesca, conocida por su fertilidad y sus huertas. Ha citado al historiador árabe Al-Udrí, quien ya en el siglo XI ha alabado la abundancia de la vega oscense y ha señalado que esta tierra, “muy buena y grande y de fundación antigua”, se ha ganado un lugar destacado dentro de la Corona de Aragón, con el dicho popular que la describe como “amena” por su agradable vegetación.

Ha señalado que esta amenidad no ha surgido por casualidad, sino que ha sido fruto del trabajo constante y del ingenio de generaciones que han cultivado no solo la tierra, sino también las tradiciones que han moldeado la ciudad. Barrios históricos como San Martín y San Lorenzo, habitados por agricultores dedicados a la huerta y al cereal, han permanecido como ejemplos vivos de este legado.

La alcaldesa ha resaltado la presencia emblemática de la albahaca en las fiestas de San Lorenzo, que aporta color y aroma característicos. Ha recordado cómo durante generaciones las familias del campo han llevado esta planta para adornar las galeras y celebrar el antiguo mercado del 11 de agosto, punto de encuentro de los agricultores oscenses.

A pesar de los cambios económicos que han transformado el paisaje urbano y han reducido la extensión de la huerta, Huerta Barbereta ha mantenido viva la tradición y el legado familiar ligado a la tierra en la vega del río Isuela, un vínculo profundo que ha resistido el paso del tiempo.

Entrega de la Parrilla de Oro a la Huerta Barbereta. Foto Myriam Martínez
Las mairalesas y el mainate han seguido el acto muy sonrientes. Foto Myriam Martínez

La Parrilla de Oro simboliza no solo un negocio familiar o una empresa hortícola, sino una forma de entender la tierra, una relación profunda con el entorno y generaciones que han cultivado productos, confianza, cercanía y excelencia.

Según ha afirmado la alcaldesa, Huerta Barbereta representa lo mejor de nuestra tierra: el amor por el trabajo bien hecho, el respeto por el medio ambiente y un compromiso firme con Huesca y sus gentes.

Además, han sabido crecer y modernizarse sin perder su esencia ni romper con la tradición, convirtiéndose en un ejemplo de innovación desde lo rural y en un referente para quienes creen en un futuro sostenible, justo y arraigado a la identidad local.

Finalmente, la Parrilla de Oro es también “un símbolo de gratitud” por la labor silenciosa y constante que ha mantenido viva el alma de Huesca, demostrando que respetar la tierra es también respetar a quienes vivimos en ella. La alcaldesa ha subrayado la importancia de mantener la tradición laurentina de la albahaca, imprescindible para entender San Lorenzo y Huesca.

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante