Con motivo de la celebración del Día Internacional por la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres, centenares de personas se han concentrado en la Plaza de Navarra de Huesca para manifestar su firme compromiso en la lucha contra este grave problema social y su apoyo a la igualdad.
Con pancartas, consignas y un espíritu de unidad, se ha desarrollado una concentración convocada por la Asamblea 8M. El acto se ha iniciado con una de las canciones habituales de las concentraciones mensuales, "Nos queremos vivas", y se ha pasado a nombrar a las 52 mujeres que, hasta la fecha, han sido víctimas de la violencia de género, cuyos nombres se han escrito en unas esquelas blancas.
La puesta en escena se ha completado con unas velas rojas dispuestas en el suelo y unos claveles blancos en el centro, así como dos murales con mariposas de papel, que alumnado de primero, segundo y tercero de la ESO del IES Ramón y Cajal han ido realizando durante las últimas semanas, en recuerdo de las hermanas Mirabal asesinadas por el dictador Trujillo en la República Dominicana en 1961 y de las hijas de Itziar Prats, asesinadas por su padre en 2018 víctimas de la violencia vicaria.
Otras estudiantes del IES Lucas Mallada han colaborado, igualmente, portando unas pancartas con diferentes frases alusivas.
Seguidamente, seis miembros de la Asamblea han leído un manifiesto y ha vuelto a sonar la música, "Vivir sin miedo", un referente en la lucha feminista, y "Se acabó", de María Jiménez , un lema que está siendo repetido en numerosas ciudades del país en los últimos meses, también como otros símbolo contra la violencia machista.
Charo Ochoa, del Colectivo de Mujeres Feministas, ha realizado unas declaraciones a los medios de comunicación, antes de que comenzase el acto, en las que ha instado al Gobierno de Aragón a la apertura de un centro de crisis dedicado a la prevención y atención a mujeres que han sufrido violencia sexual, y ha recordado que, a finales de la pasada legislatura, en los Fondos Europeos ya había una partida para este propósito.
Ochoa ha recalcado las dificultades a las que se enfrentan las mujeres al decidir denunciar una agresión sexual y la deficiente atención que reciben en muchos casos, no por falta de interés de quienes las atendieron, sino por la insuficiencia de recursos y protocolos que demandan formación especializada y espacios adecuados.
Ha añadido, que no brindar el apoyo preciso puede desanimar a otras mujeres que se encuentran en la misma situación a denunciar, y ha remarcado que en una sociedad democrática se espera que cualquier persona que sea víctima de una agresión o delito pueda denunciar con seguridad y plenos derechos a su disposición.
Ochoa ha lamentado que nos encontramos "en un momento en el que el consenso político se ha roto" y, en su opinión, esta división también se refleja en parte de la ciudadanía. Sin embargo, considera que este discurso no llega realmente a las mujeres. "A pesar de las diferencias ideológicas que puedan tener, las mujeres experimentan la violencia y comprenden que está arraigada en el machismo, un problema que debemos abordar de manera conjunta entre todas y todos".
En el manifiesto se ha leído una serie de datos que indican, por ejemplo, que a nivel mundial, la violencia de género constituye la principal causa de mortalidad entre las mujeres, superando incluso a enfermedades como el cáncer.
En España, 46.000 mujeres cuentan con protección policial, de las cuales 31 se hallan en riesgo extremo, lo que significa que en cualquier momento podrían ser víctimas mortales de la violencia. "Pesemos sobre las condiciones en las que estas mujeres viven, especialmente después de haber tenido el coraje de denunciar, enfrentar un juicio y haber logrado el reconocimiento de su caso".
Por eso, ha manifestado que la sociedad no puede sentarse a esperar que ocurra la próxima tragedia, porque ésta llegará, y ha propuesto como herramientas necesarias "la prevención y la educación", lo que requiere considerables recursos y un compromiso institucional significativo.
En cuanto a los jóvenes, ha considerado que hay un sector que progresa y se identifica con los nuevos valores de respeto y libertad sexual hacia las mujeres, que coexiste, sin embargo, con otro en el que están calando mensajes ambiguos o que contradicen los derechos fundamentales de las mujeres.
"No permitiremos que las futuras generaciones regresen a una época en la que, a los 20 o 15 años, ni siquiera se podía denunciar una agresión sexual sin temor a ser culpabilizadas y violentadas repetidamente. La violencia en la pareja ni siquiera era reconocida", ha añadido.