Los vecinos de Torres de Barbués han disfrutado de una auténtica fiesta con la vuelta al culto de su iglesia ocho años después de que la caída de su torre obligara al cierre. Las fiestas de San Pedro han sido el momento más propicio para añadir esta alegría al programa festivo.
La reforma ha sido posible por el Plan de Patrimonio Eclesiástico promovido por la Diputación Provincial de Huesca en colaboración con el Gobierno de Aragón y los obispados de Huesca, Jaca y Barbastro-Monzón.
El templo permanecía cerrado desde la madrugada del 21 de abril de 2017 cuando se derrumbaba la torre de la iglesia. Los actos religiosos se han venido realizando en el salón social de la localidad.
Los trabajos para volver a abrir la iglesia han tenido un coste de más de 53.000 euros, aportados por el Plan de Patrimonio, y han permitido consolidar el terreno y la cimentación del templo.
Se ha actuado en toda la zona afectada por la caída de la torre eliminando una escalera, cerrando de nuevo todo el paño y reconstruyendo la bóveda. Además se han repicado y saneado todas las grietas que había en el templo y también se ha retejado toda la cubierta. En definitiva, la iglesia ha quedado estabilizada para poder ser utilizada de nuevo por los vecinos de Torres de Barbués.
La vicepresidenta segunda de la DPH y concejala de Torres de Barbués, Celsa Rufas, ha participado en la inauguración y ha asegurado que “esta reapertura era muy esperada por todos los vecinos ya que el salón social acogía la misa semanal pero nadie hacía celebraciones más especiales como bautizos, bodas o incluso funerales. Es indudable el valor sentimental que una iglesia tiene para sus vecinos y es emocionante poderla recuperar… más aún, en una jornada como ésta, en las fiestas de San Pedro, que todos los torresinos vivimos con gran devoción”.