Uno de los fenómenos que pasa más inadvertidos dentro de la cotidianidad (si es que existe) laurentina, porque más que una evolución es una revolución, es el gran contingente de jóvenes y niños que han disfrutado de la Feria Taurina de la Albahaca. La sensación se convierte en certeza cuando se conocen los datos concretos de esta edición de 2025.
Es más discutible -o no- el argumentación que, en el imaginario general, está provocando una vuelta a las plazas de toros de unos colectivos que hace apenas unos lustros empezaban a dar la espalda a los espectáculos del arte de Cúchares. Más allá de la sociología general, que demuestra que 77 años después del Mayo del 68 parisino el lema de "Prohibido prohibir" explica las conductas de reacción de distintas capas sociales, hay fenómenos concretos cuyo rechazo constata otra máxima de aquel cambio del pensamiento mundial que dio origen al movimiento hippie: la libertad empieza por una prohibición, o también aquella de sean realistas, pidan lo imposible.
Decretos como la exclusión de los toros de los bonos para jóvenes o la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia, la suspensión de cualquier corrida de toros en las televisiones públicas y otras actitudes adversas a la Fiesta Nacional -tal es su denominación, cada cual que la considere como estime- han propiciado el efecto contrario al que esperaban. Si había cualquier sensación de languidez en la industria de la tauromaquia, lo cierto es que los resultados reseñan que está en pleno auge o, dicho de otra forma, está de moda. Igual que cuando acuden a cualquier destino turístico internacional o nacional -pongamos como ejemplo la Fontana de Trevi o la Torre Eiffel-, los jóvenes se realizan selfies con el color dorado del albero de fondo, y lo hacen sin complejos.
Esta corriente, que ya se empieza a atisbar desde hace años, se ha confirmado en esta edición de la Feria Taurina de la Albahaca, cuyas nuevas altas de abonos han estado principalmente protagonizadas por jóvenes, en un porcentaje importante en grupos y con un componente relevante de mujeres.
Aunque la propia visión de la plaza evidencia esta realidad, fuentes de Tauroemoción, la empresa adjudicataria de la Plaza de Toros de Huesca, calculan en 2.200 los jóvenes y niños que han acudido cada tarde a disfrutar de carteles espectaculares, un cuarenta por ciento del aforo. Datos que, por cierto, la compañía piensa incorporar a un futuro informe sobre el impacto económico de la Feria como elaborara el pasado año.
Más allá de las legítimas discrepancias de determinados políticos e incluso de las acres invectivas de opositores a la Fiesta Nacional en redes -los hay incluso que fueron conspicuos ocupantes de grada taurina en tiempos pretéritos cuando disfrutaban de las faenas sin soltar un real de vellón-, la realidad a fecha de hoy es que los toros y los toreros suscitan entusiasmo entre los estratos jóvenes de la población, lo cual induce -o no- a reflexiones generales, históricas y culturales. Y todo esto queda escrito el mismo día en que Federico García Lorca fue asesinado hace 89 años. El incomparable poeta granadino que dejó, junto a admirables joyas poéticas, explicitada su creencia "de que los toros es la fiesta más culta que existe hoy en el mundo”.