Juan Antonio Corbalán explica en Huesca su aproximación al diagnóstico objetivo de la fatiga crónica

Alteración cognitiva, cansancio invalidante, alteración del sueño e inmunodepresión, síntomas comunes

10 de Mayo de 2024
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Juan Antonio Corbalán, en Huesca. Foto Myriam Martínez
Juan Antonio Corbalán, en Huesca. Foto Myriam Martínez

Para los ajenos a la fibromialgia y la fatiga crónica, los conceptos al ir asociados tantas veces, en ocasiones se confunden o se consideran sinónimos.  "La diferencia -aclara el doctor Juan Antonio Corbalán- es que, el síntoma principal de la fibromialgia es el dolor, hay una serie de puntos gatillo que se deben explorar inexorablemente, puntos del cuerpo que le duelen más que a otra persona normal. Sin embargo, en el síndrome de la fatiga crónica, el síntoma que impera es el cansancio extremo, un cansancio invalidante".

Después, es cierto que existe una sintomatología de un cuadro clínico "muy superponible", como la inmunodepresión, la alteración del sueño, las intolerancias alimentarias, o la tendencia a infecciones. 

Asistentes a la charla. Foto Myriam Martínez
Asistentes a la charla. Foto Myriam Martínez

Corbalán, licenciado en Medicina por la Complutense y sobradamente conocido en todo el país por ostentar el mejor palmarés individual de la historia del baloncesto español, jugador del Real Madrid y de la Selección Española, ha impartido este viernes una conferencia en la capital oscense, invitado por Asafa Huesca, la Asociación de Fibromialgia y Fatiga Crónica, en el marco de una programación que se desarrolla en torno al 12 de mayo, Día Mundial de estos trastornos.

Al acto han acudido algunas autoridades políticas, entre otras la diputada de Servicios Sociales, Lola Ibort, que le ha dado la bienvenida, además de del diputado Antonio Biescas, los concejales Iván Rodríguez y Concha Bailac, la presidenta de Asafa, Ana María Latas, la secretaria, Inmaculada Muriel, otros miembros de la asociación y responsables de numerosas entidades sociales de la ciudad. El periodista José María Pardina ha sido el encargado de glosar la figura del conferenciante.

Desde hace años, Juan Antonio Corbalán trabaja en la Unidad de Investigación del Síndrome de Fatiga Crónica y Fibromialgia Vithas Internacional en Madrid, por eso es un especialista en esta materia. Frente al escepticismo que todavía albergan algunos médicos sobre estos síndromes, reconoce que "hay muchas cosas en medicina que no se pueden defender con evidencias científicas y que, el conocimiento que tenemos de ellas, es el fruto de la experiencia y de la observación durante muchísimo tiempo"

"Todo ese proceso tarda un tiempo. Bueno, pues en el Síndrome de Fatiga Crónica no hemos llegado aún a la evidencia científica, porque no teníamos ni un solo criterio objetivo de diagnóstico. No sabemos cómo tratar la enfermedad y no sabemos de dónde vendría el origen. Por lo tanto, realmente sabemos muy poco. Y fruto de todo eso hace que haya mucha gente interesada en el conocimiento y en la ciencia, que estemos dando determinados pasos en unas direcciones o en otros para intentar buscarle una explicación que repercuta en un mejor tratamiento del paciente".

La diputada de Servicios Sociales, Lola Ibot, le ha dado la bienvenida. Foto Myriam Martínez
La diputada de Servicios Sociales, Lola Ibot, le ha dado la bienvenida. Foto Myriam Martínez

Ése es el motivo, añade, por el que la Fatiga Crónica acaba siendo un "cajón de sastre" y cuando no se puede aportar nada, el paciente acaba en el psiquiatra, pensando que es un cuadro de somatización, que no tiene ningún ninguna evidencia orgánica de daño.

El especialista comenta, por otro lado, que tampoco existen trabajos científicos que avalen que quien sigue determinados tratamientos se encuentra bien y quien no los sigue, se encuentra mal.  "Generalmente son muy paliativos, fundamentalmente antioxidantes, elementos que sean analgésicos y elementos antidepresivos, además de una serie de productos que son los complejos vitamínicos y algunos suplementos alimentarios como coenzima Q 10 o la vitamina D, que parece que dan buen resultado".

Juan Antonio Corbalán ha centrado su intervención en el salón de actos de la Diputación Provincial de Huesca en un trabajo que ha publicado recientemente en el Journal of Clínical Medicine que trata de acercarse a ese "diagnóstico objetivo" tan necesario, que todavía no existe.

"No es un elemento que esté probado y que nos dé una seguridad absoluta -precisa-, porque una prueba de estas puede indicar que hay una alteración en la paciente con fatiga crónica, pero puede no ser específica, es decir, que puede que se dé en la fatiga crónica y en otras muchas. Por lo tanto, de dónde viene no lo sabemos, lo que sí es verdad es que ese cortejo fundamental de síntomas está en casi todas las pacientes y es una alteración cognitiva  extrema, un cansancio invalidante, una alteración del sueño muy importante, una inmunodepresión, y eso condiciona la vida de estas pacientes".

En su investigación, Corbalán demuestra que la forma en la que se fatiga una persona enferma, una que no lo está y un deportista es distinta, cualitativa y cuantitativamente. Para ello, ha definido un parámetro que se llama Índice de Limitación Funcional, que difiere en su cuantificación de los pacientes, a las personas sanas y a los deportistas. "Eso ha despertado cierto interés, porque pudiera ser una aproximación diagnóstica".

Juan Antonio Corbalán ha explicado su investigación. Foto Myriam Martínez
Juan Antonio Corbalán ha explicado su investigación. Foto Myriam Martínez

A su clínica acuden, sobre todo, mujeres de entre 35 y 60 años -a pesar de esa edad parece que el cansancio se asume como fisiológico-, con una sintomatología importante de fatiga crónica. "Les hago una prueba de esfuerzo, veo la respuesta al ejercicio y cuantifico el Índice de Limitación Funcional. Si lo tiene positivo, yo creo que tengo más argumentos para apoyar el diagnóstico, que siempre se hace por un mecanismo clínico".

Juan Antonio Corbalán inició su carrera como médico dedicado a la Cardiología y a este campo dedicó diez años. "Me interesé mucho por la valoración funcional, es decir, cómo la enfermedad afecta a la capacidad de hacer cosas de los pacientes. Dentro de todo eso, he hecho muchísimas pruebas de esfuerzo en mi vida y sigo haciendo. Y en una consulta, una especialista me comentó este tipo de patologías, vimos las posibilidades que teníamos de poder colaborar, me pareció un reto científico".

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