López-Otín descifra el genoma de la medusa inmortal, un nuevo hito que puede ser revolucionario para la medicina regenerativa

El científico oscense recalca que no se trata de perseguir la inmortalidad humana, sino de vivir "un poco mejor"

29 de Agosto de 2022
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carlos lopez otin 26
carlos lopez otin 26

El científico oscense Carlos López-Otín ha vuelto a sumar a su brillante currículum científico un nuevo hallazgo, ha conseguido descifrar el genoma de la medusa inmortal (Turritopsis dohrnii), un hito que podría tener importantes aplicaciones en el campo de la medicina regenerativa.

Un estudio de la Universidad de Oviedo, que él ha dirigido y que ha sido publicado este lunes en la revista americana Proceedings of the National Academy of Sciences (USA), ha definido diversas claves genómicas que contribuyen a extender su longevidad hasta el punto de evitar su muerte. 

Esta diminuta medusa, de tan solo unos pocos milímetros de longitud, tiene la asombrosa capacidad de revertir la dirección de su ciclo vital hacia un estadio anterior asexual llamado pólipo. La inmensa mayoría de los seres vivos, tras la etapa reproductiva, avanzan en un proceso característico de envejecimiento celular y tisular que culmina con la muerte del organismo. Sin embargo, T. dohrnii tiene la facultad de escoger otro camino: revertir su ciclo vital y rejuvenecer. 

No obstante, López-Otín recalca que el objetivo, lejos de lo que se pueda pensar, no es, ni mucho menos, perseguir la inmortalidad del ser humano. "Utilizamos estas medusas inmortales para entender los mecanismos de plasticidad celular que en su caso son llevados a un extremo fascinante. En mi opinión, la inmortalidad en humanos, si es que fuera técnicamente posible, que por ahora no lo es pese a lo que algunos anuncian, sería innecesaria y muy peligrosa pues generaría tumores y otras enfermedades de manera continua. Por su parte, creo que el envejecimiento es inexorable según los meros principios de la Termodinámica, pero la longevidad es plástica y es allí donde se puede intervenir, pero no para vivir mucho más, sino para vivir un poco mejor, y evitar o ralentizar el desarrollo de las enfermedades asociadas a la edad", ha explicado a EL DIARIO DE HUESCA.

Carlos López-Otín
Carlos López-Otín.

Estudiando el genoma de esta especie y comparándola con otra de medusa del mismo género que no tiene la capacidad de revertir su ciclo vital y viajar hacia atrás en el tiempo, López-Otín y su equipo han encontrado cambios en genes que podrían estar directamete implicados en el proceso de reversión hacia su fase juvenil. "También hemos estudiado el estado de activación de estos genes a lo largo del proceso y hemos observado que se activan genes relacionados con el mantenimiento de la pluripotencia celular. Todos estos mecanismos, en conjunto, podrían ser responsables del proceso de reversión en esta medusa", observa.

Los genes y variantes génicas que en los resultados de este estudio parecen estar implicados en la extraordinaria plasticidad biológica de Turritopsis dohrnii pueden ayudar a explorar las posibilidades de  desdiferenciación o vuelta atrás en el tiempo celular. "Este hecho es importante para enfermedades neurodegenerativas en las que la posibilidad de renovar tejidos se agota demasiado pronto", señala.

Todavía es pronto para hablar de las aplicaciones que podrá tener este descubrimiento. "Más allá de la investigación sobre enfermedades asociadas con el envejecimiento, hemos obtenido resultados relacionados con la plasticidad celular, que podrían tener una potencial aplicación en el campo de la medicina regenerativa. Pero quiero reiterar una vez más que este trabajo no persigue la búsqueda de estrategias para lograr los sueños de inmortalidad humana que algunos anuncian, sino entender las claves y los límites de la fascinante plasticidad celular que permite que algunos organismos, que están entre nosotros y no se dan mayor importancia, sean capaces de viajar atrás en el tiempo. De este conocimiento de ciencia básica es del que esperamos encontrar mejores respuestas frente a las numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento que hoy nos abruman".

El laboratorio de Carlos López-Otín lleva muchos años estudiando el cáncer y el envejecimiento humano utilizando aproximaciones genómicas, bioquímicas y funcionales.   "Más recientemente comenzamos a explorar las claves del envejecimiento en especies muy longevas, como las tortugas gigantes de las Islas Galápagos lo cual nos llevó a un artículo muy relevante sobre el genoma del icónico Solitario George, el último ejemplar de una de las especies de estas tortugas. Ello nos permitió adquirir una experiencia muy importante para afrontar el estudio de otros genomas de organismos muy interesantes, pero poco conocidos".

Entre sus "candidatos", las míticas medusas inmortales, Turritopsis dohrnii, ocuparon un lugar preferente. "A partir de entonces, empezó la aventura de encontrar a esa criatura, algo que nos llevó unos dos años, María Pascual y Diana Puente viajaron a distintos lugares para buscarlas y después preservarlas y extraer su material genético.  Pedimos ayuda a otros científicos o profesionales de la pesca, por ejemplo en el norte de Japón. Después, comenzamos el proceso de secuenciación y anotación automática y manual pues la mirada humana todavía es capaz de ver cosas que lso algoritmos no encuentran", explica.

El trabajo de López-Otín ha despertado un gran interés en Estados Unidos.
El trabajo de López-Otín ha despertado un gran interés en Estados Unidos.

En total, fueron cinco años de trabajo. "Lo más relevante para María y Dido (autoras de la mayoría del trabajo genómico) y para mí mismo fue el hallazgo de que los mecanismos empleados por las medusas en su rejuvenecimiento continuo utilizan factores que en nuestras células se usan para silenciar ciertos genes y activar otros que están implicados en la reprogramación celular. Desde este punto proseguirá el trabajo".

De esta investigación se han hecho ya eco la revista PNAS, el órgano oficial de la Academia de las Ciencias de Estados Unidos, y periódicos como The Wall Street Journal o The New York Times han solicitado entrevistas al científico. López-Otín siente "alegría y orgullo" por el reconocimiento que supone para el trabajo de su equipo, "y porque sirve como estímulo para todos los estudiantes y colaboradores que han trabajado muy duro en circunstancias muy difíciles".

"Estos periódicos se han interesado mucho en el detalle de todo el proceso: desde cómo surgió la idea, pasando por cómo logramos conseguir las distintas especies de medusas estudiadas, hasta todos los análisis que tuvimos que hacer para llegar a extraer las conclusiones principales del trabajo", agrega.  

 

 

 

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