Mapfre Salud Centro Médico de Huesca ha cerrado sus puertas este 15 de mayo como consecuencia de una decisión empresarial de la compañía y ha dejado huérfanos de asistencia a unos tres mil pacientes mensuales enviados por la práctica totalidad de las compañías de seguros. Diez trabajadores y 25 médicos cesan en su trabajo tras tres décadas de servicios muy valorados dentro de nuestra provincia.
En Google ya aparece el cartel de "Cerrado permanentemente". La razón, como explican fuentes internas del centro clausurado, obedece a argumentos económicos que maneja a nivel central la compañía de salud del grupo asegurador. La falta de inversión era patente. Una avería en el TAC (Tomografía Axial Computerizada, esto es, el escánder) no fue subsanada y el mamógrafo no fue sustituido al quedar sin utilidad. El radiólogo dejó de prestar sus servicios porque tan sólo se efectuaban radiografías simples.
La gerente, que compartía sus funciones entre Zaragoza y Huesca, "se ha dejado la piel" por el centro, manifiesta una trabajadora. En total, permanecían en nómina hasta este lunes cuatro administrativas, dos fisios, una técnica de rayos, una osteópata, una enfermera y una médico.
Anteriormente a Mapfre, estas magníficas y amplísimas dependencias (aproximadamente mil metros utilizados de los 1.500 disponibles) fueron gestionadas por Igual Servicios Médicos y Policlínica Salud4, que atendían hace más de tres décadas a todas las compañías de salud salvo Adeslas. La aseguradora se hizo cargo en los años 90. En sus 10 salas, ha habido consultas de un gran número de especialidades, con intervenciones menores de anestesia local y derivación hacia hospitales o clínicas de Huesca o del propio grupo en Zaragoza. Se suman las de espera y un magnífico gimnasio.
De momento, se mantiene abierto probablemente hasta final de mes el servicio del centro odontológico que todavía tenía pendientes un buen número de citas que atender.
La falta de renovación del instrumental especializado era un presagio de lo que ha sucedido en una de las ciudades más pequeñas en las que Mapfre Salud tenía un centro de estas dimensiones. Al final, como aseguran fuentes internas, lo más reprochable a la compañía, más allá de la sensación de que no ha habido un esfuerzo por revertir la situación lo que ha provocado que las pérdidas terminaran en el cierre, es la falta de comunicación a los pacientes, muchos de ellos mayores y que habían hecho de Mapfre Salud el espacio y las personas a los que confiaban su bienestar y su sanidad. No quedan, en todo caso, vendidos a su suerte porque Mapfre les ofrecerá servicios en alguna de las instalaciones sanitarias de la ciudad.