Más de 200 niños y niñas han asistido a las Escuelas de Verano organizadas por el Centro de Servicios Sociales de la Comarca de La Ribagorza dentro del marco del Plan Corresponsables. Esta actuación ha supuesto un apoyo fundamental para la conciliación de las familias durante el periodo de vacaciones estivales y un aporte de ocio educativo para la infancia, principalmente, en aquellas localidades de pequeño tamaño que no cuentan con esta oferta de actividades para la infancia.
Arén, Bisaurri, Bonansa, Campo, Capella, Estopiñán del Castillo, Graus, La Puebla de Castro, Lascuarre, Laspaúles, Montanuy, Secastilla, Seira y Tolva han sido las localidades ribagorzanas que este verano han participado en este programa.
A ellas se han desplazado cuatro educadoras, durante los meses de julio y agosto, formando dos equipos de trabajo. Un programa lúdico ha dinamizado a los grupos formados por menores de entre tres a doce años. Juegos, manualidades, talleres, deportes, visitas a museos o excursiones por el medio natural han servido para transmitir valores primordiales como la tolerancia, el respeto o la empatía y para generar un ambiente divertido y de buena convivencia. El desarrollo de las escuelas ha tenido una periodicidad de lunes a viernes en horario matinal.
“Las familias y los propios niños nos han transmitido una valoración positiva, lo que supone un respaldo al trabajo realizado por las educadoras involucradas”, insiste la consejera de Acción Social de la Comarca de La Ribagorza, Esther Cereza. En este sentido, dada la utilidad de este programa para facilitar la conciliación familiar, desde la institución comarcal se manifiesta la intención de “repetir la experiencia y poder ampliarla a otros municipios de Ribagorza en 2023”.
Las Escuelas de Verano de la Comarca de La Ribagorza han contado con el respaldo de la financiación del Plan Corresponsables, acción generada desde el Ministerio de Igualdad del Gobierno de España y gestionada en Aragón por el Instituto Aragonés de la Mujer.
El objetivo es la sociabilización de los menores, tanto residentes habituales como veraneantes, en las distintas localidades, añadiendo una opción para la conciliación a las distintas unidades familiares que de otra forma sería compleja de ofrecer. Asimismo, esta propuesta de ocio educativo conlleva un impulso en la contratación de profesionales, que, en esta edición, ha sido cubierta con cuatro monitoras de tiempo libre y una coordinadora del proyecto.
Los centros educativos y otros espacios públicos, gracias a la cesión y colaboración de cada uno de los ayuntamientos involucrados, han sido los espacios de actuación en cada una de las sedes, incentivándose el conocimiento del entorno con excursiones y visitas programadas para concienciar sobre aspectos medioambientales o identificar y conocer la vida de los pueblos e inculcar sus tradiciones entre los más jóvenes.