Mateo Valero: "El reto científico más importante es hacer un gemelo digital del cuerpo humano"

El director del Centro Nacional de Supercomputación afirma en Barbastro que la Ética es básica en la Inteligencia Artificial y apuesta por la investigación de calidad porque "produce riqueza" y "no tener ciencia es mucho más caro"

11 de Mayo de 2024
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Mateo Valero, la IA, la Supercomputación y la ética

Mateo Valero Cortés, doctor ingeniero en Telecomunicacaión, profesor e investigaador en ;Arquitectura de Computadores, y director del Barcelona Supercomputing Center, Centro Nacional de Supercomputación, ha visitado Barbastro para presentar el libro "El Bonete de cuatro puntas. Otras crónicas del Somontano" de Ildefonso García-Sereno. Con tono pausado y extrema afabilidad, ha recibido un reconocimiento del alcalde de la ciudad del Vero, Fernando Torres, y no ha escatimado explicaciones sobre la compleja realidad de la causa que dirige desde hace veinte años tras medio siglo de experiencia.

Mateo Valero, natural de la localidad zaragozana de Alfamén, recuerda sus inicios con el primer contrato en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) que en junio cumplirá cincuenta años. "Primero y único". Fundó el departamento de Arquitectura de Computadores, de cómo diseñarlos y en el año 1985 "tuve la ilusión de hacer un centro de investigación en supercomputadores. Lo importante es que convencí a Joan Majó, que era ministro de Industria, al Gobierno de España, a la Generalitat de Cataluña y a la UPC para que fueran los patronos".

De 1985 a 2004, el centro crece y en esta última fecha, los mismos patronos alientan el Centro Español de Supercomputación, el Barcelona Supercomputing Center. Lleva dedicado a la docencia e investigación medio siglo, de los que 40 han sido centrados en los supercomputadores y veinte en su destino actual.

Explica con facilidad la realidad de un supercomputador. "Son los computadores más rápidos del mundo". Partiendo de que "la unión hace la fuerza", desarrollan "sistemas que tienen muchos procesadores muy potentes. ¿Cuántos? Pues a lo mejor millones de procesadores muy potentes, cada uno con su memoria. Luego, si añades la memoria de todos, la acumulada es muy grande. Y lo bueno de los supercomputadores es que los procesadores se pueden intercambiar información a muy alta velocidad. Hay una red de interconexión, que se monta en un local, de forma que se pueden pasar bits a muy alta velocidad. Pueden colaborar: si tenemos mil, hacemos que vaya mil veces más rápido que con uno. Si tenemos cien mil, cien mil veces más rápido. Ocho mil y pico son las horas de un año. Si tenemos ochocientos mil, en una hora pueden hacer lo que un computador haría en cien años. Es algo muy sencillo: muchos procesadores muy potentes, cada uno con su memoria, interconectados con una red de interconexión de muy alta velocidad para que puedan colaborar, ejecutar el mismo programa todos juntos".

Y, esto, trasladado a román paladino, ¿qué utilidad tienen? "Los supercomputadores sirven para hacer lo que nosotros llamamos gemelos digitales. Un gemelo digital es una representación virtual de algo que tú quieres estudiar, a la mejor por primera vez. Por ejemplo, cómo se va a comportar el Iter cuando el reactor de fusión varíe, cómo predecir. Sólo tienes la Física, que tú crees que se va a comportar la masa, el plasma, y tienes que simular si se moverá o no se moverá. Y sirven también para ver las cosas mejor, mejor y mejor. Como cosas de ver mejor, mejor y mejor está el gemelo digital de la Tierra".

Un proyecto europeo denominado Destination Earth, "que lo que se hace es un gemelo digital de tierra, mar, aire en los polos con una precisión tremenda, porque al tener computadores tan grandes se hacen mallas, diecisiete o dieciocho alrededor de la Tierra, con punticos. Cuanto más cerca están, mayor precisión, cuanto más grande es el computador más puntos pone. Permitirán conocer cualquier detalle que ahora no se conoce del cambio climático. Ahora, es la única herramienta que tenemos para estudiar el cambio climático".

Las aplicaciones son sorprendentes. "Hicimos el software que Repsol ha utilizado para pinchar en ambientes hostiles, para buscar petróleo, y ha ganado muchísimo dinero. Y los generadores de Iberdrola, temas de Aguas de Barcelona, de bancos...".

EL MAYOR RETO

Mateo Valero define como "el reto científico más importante" del centro que dirige es "hacer un gemelo digital del cuerpo humano. Cómo podemos hacer una representación lo más fina de cada uno de nosotros de forma que sirva para predecir, prevenir y curar enfermedades. La Medicina de precisión. Esto tardará muchos años, pero tenemos unas partes que han avanzado mucho, por ejemplo tenemos simuladores de corazón, del aparato respiratorio, de otras partes del cuerpo. Tenemos toda la influencia de los genes en el cáncer. Estudios de radiografías, informes médicos. Vamos recomponiendo. Simulaciones a nivel de células. Vamos haciendo partes de ese gemelo digital del cuerpo humano".

El científico aragonés no escatima explicaciones con tono y claridad profesoral. Recuerda a Ramón y Cajal, que dibujó la estructura de las neuronas y la conductividad. "Todo el tema de la Inteligencia Artificial de ahora, ChatGPT y demás, lo que intentan es simular el comportamiento del cerebro humano, pero como los supercomputadores tienen mucha potencia de cálculo, no se cansan, pueden hacer cosas que el cerebro humano no podía hacer. Todas las redes neuronales están siguiendo la teoría".

Rotundamente, sentencia que "sin supercomputación no habría Inteligencia Artificial. Estaban, como digo yo, en el armario o en el invierno polar porque es un concepto del año 56 y hasta que fue la primera partida de ajedrez, luego la del golf,... no salió".

Apela al The Human Brain Project (Proyecto del Cerebro Humano), con mil millones de euros de Europa, que intenta aprovechar la supercomputación y otras tecnologías como la resonancia, "para hacer mapas del cerebro, para ver cómo se conectan las neuronas, para hacer una detección individual. Desgraciadamente, a día de hoy no se sabe ni cómo funciona una neurona, es así, con lo cual en el gemelo digital humano la parte del cerebro tardará mucho". En todo caso, la supercomputación está en todos los proyectos, incluido el del neurocientífico Rafael Yuste, en los que es una herramienta para almacenar datos, simular conectividades,... Ahora, ¿cómo puede influir en el cerebro? "Esto ya es fastidiado, todas las redes sociales... Cómo van afectando al cerebro... Pero eso no tiene nada que ver con la supercomputación, sino con la parte humana que nos dejamos influir o no".

En el centro que dirige este arquitecto de supercomputadoras, trabajan más de mil personas, de las cuales hay 800 investigadores. De los cuatro departamentos, uno es el de Ciencias de la Vida, donde todos los proyectos a nivel mundial "tienen que pasar una evaluación técnica, pero luego una ética, porque a veces pueden utilizar información nuestra. La ética en Ciencias de la vida es muy importante. Si la supercomputación es muy importante para la Inteligencia Artificial, la ética es básica en Inteligencia Artificial, porque es una tecnologia de doble uso, como la nuclear. Hay temas muy importantes de uso de la IA". De ahí que crea que las asignaturas de Ética "debieran ser básicas en cualquier carrera. Ya desde pequeñitos, que es cuando hacen las raíces del árbol. Pero cuando el árbol va creciendo tiene que hacerlo en una buena dirección y la ética es algo que necesitan los árboles para poder crecer".

Curiosamente, entre los mil empleados sólo hay 12 funcionarios. Se sienten muy apoyados por administraciones y también por las empresas con cuyos proyectos obtienen financiación. Se abona a un lema que esgrime desde pequeño, que "la investigación tiene que ser excelente, publicada en las mejores revistas y congresos, pero sobre todo tiene que ser relevante, tiene que resolver problemas que interesan a la sociedad, a las empresas para crear puestos de trabajo. Nosotros ya tenemos mucho dinero de fuera, pero indudablemente los supercomputadores son máquinas muy caras, y sin el apoyo de nuestros patronos, sin el del Gobierno de España, el de Cataluña y de la UPC, que llevan cuarenta años, esto no sería posible".

Concluye con un mensaje edificante. "La ciencia hay que sostenerla, hay que alimentarla, porque produce riqueza. Y al revés: el no tener ciencia es mucho más caro en un país. El gasto en PIB es muy poco comparado con otros países, pero en el caso nuestro es una instalación cara y estoy muy contento de cómo se han comportado y se comportan los patronos. La están cuidando muchísimo".

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