En el origen de las exposiciones de Mi Pequeña Semana Santa, que ya ha alcanzado la cuarta edición, Carlos Jalle González quiso poner al corazón religioso y artesanal el complemento de su contribución a una buena causa social en la que está plenamente integrado: la Asociación Parkinson Aragón, cuya delegada en Huesca, Nieves Lanaspa, ha estado siempre muy activa para atender la sala del Centro Cultural Matadero. En la inauguración de este año, otro miembro de la entidad, Ignacio Almudévar, quiso poner su testimonio de gratitud a Carlos Jalle.
Mi Pequeña Semana Santa es un prodigio en el que se mueven ingenios como la Dolorosa o la campana de Huesca, mientras desfilan todas las cofradías con sus pasos. Y este año unos paneles han mostrado fotografías modernas y antiguas de las procesiones oscenses, fruto de la virtud profesional del autor.
En un puesto, por otro lado, se exponen para su venta determinados símbolos, miniaturas, llaveros y otros objetos que pueden ser adquiridos y su recaudación va a parar a Parkinson Aragón.
El mayordomo primero de la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz, José María Río, y el propio Carlos Jalle entregaron el talón de la recaudación de estas ventas a la delegada de Parkinson Aragón, Nieves Lanaspa, quien agradeció esta aportación que constituye un aliciente y una buena ayuda para la asociación. A lo largo de los días de la exposición hasta el final de la Semana Santa, más de mil visitantes desafiaron la lluvia y la mala climatología para disfrutar de una maravilla de muestra. El año que viene, la V, la quinta.