Las grandes festividades se distinguen en su singularidad. Las Semblanzas de la Semana Santa de Segovia se inspiraron en la imagen, cómo no, de todas las cofradías castellanas bajo los arcos del Acueducto. En Huesca, una de las especificidades es la llegada de buena parte de las procesiones, desde luego la principal del Santo Entierro, hasta la barroca Iglesia de Santo Domingo y San Martín, que admiran peregrinos, oscenses y turistas con esa bonita estampa de su imponente fachada que alcanzan las cofradías y los pasos.
Ya en la anterior edición, hubo una incorporación al paisaje urbano de la plaza homónima del templo, con los contenedores soterrados de colorines por aquello de la selección, y aunque no es la compañía más idónea para un espacio emblemático e histórico, se acepta pulpo como animal de compañía porque su impacto es relativamente pequeño y la necesidad de depositar los residuos es perentoria. Quizás unos metros más alejados hubiera sido más apropiado, pero bueno...
En este 2023, se incorpora como obstáculo para las cámaras de los fotógrafos (con esto de los móviles, tantos como personas) un nuevo elemento: la caseta que ejerce de kiosco de venta de prensa. Viene a suceder que fue la solución transitoria entre las obras del Paseo Ramón y Cajal y el final de la remodelación de esta arteria de Huesca. Se desmontó la vieja estructura de la esquina de Santa Rosa y a su adjudicatario, que lleva casi tres lustros en este menester, se le dispuso una caseta de obra blanca (que se vea bien) cerquita de la fachada de Santo Domingo y San Martín. Muchos meses después de culminada la obra, no ha terminado la temporalidad que se ha erigido en ley, la solución llamada a ser fugaz es el punto de venta de prensa y el nuevo kiosco en el emplazamiento de cabecera de Ramón y Cajal permanece cerrado.
Al parecer, en todos estos meses las ocupaciones consistoriales son tan abrumadoras que no ha dado tiempo a establecer el pliego de condiciones para la adjudicación del kiosco -para el que se supone que no habrá aluvión de ofertas, habida cuenta la rentabilidad 'extrema' de los ejemplares periodísticos-, por lo que el actual regente de la caseta blanca se encuentra a la espera para poder concurrir.
Más allá de estas vicisitudes administrativas, miembros de la Archicofradía de la Vera Cruz y muchos cofrades se preguntan si no se podría haber solucionado, con tantos meses de margen, la mudanza a la ubicación definitiva para evitar el cierto bochorno visual que representa esa mole blanca frente a la entrada de una iglesia de un valor incalculable hacia la que desfilan conjuntos escultóricos valiosos en una Semana Santa de Interés Turístico de Aragón. Y es que, como asegura algún propietario de establecimiento próximo, la perspectiva desde la zona de enfrente en la que se amontonan centenares de turistas en la Procesión del Santo Entierro va a quedar "de lo más mística". Como para que pasen inspectores del Interés Turístico Nacional...