El doctor Miguel Ángel Santos-Gastón está innovando con la tecnología Monocytes, la última tecnología en revascularización arterial sobre la que ya ha escrito un libro de medicina regenerativa por los beneficios que produce ante las enfermedades del sector de la extremidad inferior y el territorio cerebral. Más allá de la edición de un libro con la firma del reputado cirujano, los resultados son extraordinarios como atestiguan algunos de los pacientes como es el ilicitano Pedro Pastor, 62 años, intervenido hace tres días y con una mejoría insospechada después de tres ictus que le habían provocado daños severos.
El prestigioso galeno oscense suma ya 61 años en los quirófanos desde que se estrenara en 1964 en el Hospital Provincial de Huesca, que él considera de formación y, de hecho, fraguó su preparación en patologías que nada tienen que ver con su especialización posterior. En una segunda etapa de su ejercicio, se entregó a la circugía reparadora arterial tras la que se concentró en la venosa, en la que adquirió justa nombradía mundial hasta el punto de ser titular de grandes publicaciones científicas y de revistas de información general que le identificaron como el mayor exponente en la lucha contra las varices del mundo. Veinticinco años en los que por su consulta y quirófano transitaron miles de ciudadanos anónimos junto a toreros, actrices, empresarios y deportistas.
Su evolución prosiguió ya en el año 2009 en que estudió y experimentó con las células madre cuya implantación, complementada con ozonoterapia, ofreció extraordinarios frutos tras accidentes cerebrovasculares, vasculares y otras casuísticas.
Hace un año, centró su investigación y aplicación en los pacientes en los monocitos, células sanguíneas que integran el sistema inmunitario, glóbulos blancos que han demostrado su potencial en la reparación y regeneración de tejidos lesionados. El doctor Santos-Gascón, que ha estudiado también las conclusiones de grandes investigadores como Anthony S. Jaipersad, ha identificado beneficios como la mejora del síndrome del escaparate y de la mala circulación cerebral tras los accidentes.
Tal y como explica en su libro Medicina Regenerativa Tecnología Monocytes, la intervención se realiza en 30 minutos en cuatro tiempos: la realización de la técnica Indervas que inyecta medicamentos flebotómicos o vasodilatadores, infiltración de un fármaco vasodilatador en el área que se trata, infiltración de monocitos extraídos por el equipo de Ingeniería en Biología Molecular y rehabilitación con ozono. Las consecuencias negativas de las prótesis, el Síndrome del Escaparate (isquemia crónica), los ictus y la demencia vascular dentro de otros problemas de mala circulación son atacados directamente por la tecnología que ejecuta el doctor Santos-Gastón.
En media hora, el doctor interviene a afectados del "síndrome del escaparate" (isquemia), ictus y demencia vascular entre otras patologías
El profesional oscense de infinita curiosidad advierte de la importancia de acudir a la sanidad si el paciente camina con inseguridad, si tiene dificultad para leer y escribir, si pierde memoria, si siente zumbidos y ruidos en el oído, si sufre deficiencias de visión o trastornos cognitivos.
TESTIMONIOS EXTRAORDINARIOS
En su larga producción bibliográfica especializada -también ha escrito libros de viajes o de rutas como consecuencia de su febril actividad deportiva y montañera-, el doctor Santos-Gastón se aplica a la máxima evangélica de "por sus obras les conoceréis" o a la marquetiniana que diferencia entre la percepción propia y la ajena, esta última cimiento de la reputación.

Santos-Gastón, inventor indiscutido de técnicas pioneras que ha expuesto en congresos internacionales y cirujano en multitud de clínicas europeas y americanas, ha integrado en su última obra sobre las monocytes, que define en su prólogo como los "macrófagos que representan la última tecnología disponible" al ser capaces de conseguir "una revascularización en áreas que se encontraban exangües", esto es, muertas, sin sangre, un buen número de testimonios de pacientes en sus distintas etapas profesionales.
Entre los casos recientes, el más extraordinario es el de un joven gallego que había acumulado 23 años "como un vegetal" postrado en silla y cama después de haber sufrido un accidente. Actualmente, ya camina prácticamente un kilómetro sin reposo, apoyado en su padre y además empieza a hablar y a hacer preguntas como todo este periodo inactivo que, razonablemente, le deja un poso de tristeza.
"UN MILAGRO EN DOS DÍAS"
Pedro Pastor, ilicitano, profesional de la gestión de hostelería al servicio de la Otan ("sí, Organización del Tratado del Atlántico Norte", replica al inquirir por si el entrevistador no había entendido bien), no duda a la hora de hablar del "milagro del doctor Santos-Gastón". Tiene motivos.
Hace apenas tres días, el lunes, fue intervenido con la tecnología Monocytes por el médico oscense, "y cada día, prácticamente cada pocas horas, siento un síntoma positivo nuevo. De hecho, he recuperado la expresión y la mano derecha que prácticamente tenía inútil. Empiezo a sentir partes del cuerpo que no pensaba recuperar. Todo en horas".
Llegó al especialista oscense a través de un amigo alicantino que le había recomendado que pidiera una visita después de los beneficios palmarios en su madre, aquejada de alzhéimer. Pedro había padecido tres ictus y, con realismo, sus médicos le habían vaticinado que llegaría un cuarto, y un quinto... El primero tuvo unas secuelas moderadas, el segundo más graves y el tercero le dejó postrado a caballo entre la cama y la silla de ruedas. La fisioterapia ya había rendido sus efectos, no había más. Acudió a una charla a pacientes de Miguel Ángel Santos-Gastón y se decidió.
A sus 62 años, Pedro ya había arrojado la toalla y, sin embargo, se vio seducido no sólo por la esperanza que encontraba en el doctor, sino también "por sus valores, me parecen increíbles".
Tras la intervención, su capacidad para comunicarse, para moverse y para ver (sufría un glaucoma) ha ido optimizándose de una forma prodigiosa. Pedro, acostumbrado a preparar escandallos y gestionar grandes comidas, ha apuntado escrupulosamente sus mejorías, que pasamos a enumerar:
1.- Visión, "tremendamente mejor".
2.- El brazo derecho afectado por el ictus y que "no podía utilizar. Esta mañana me he cepillado los dientes sosteniendo el cepillo con él, he recobrado la movilidad y la fuerza".
3.- Desaparición de la hinchazón del pie derecho, fruto del "pie diabético". "Ha recuperado su aspecto normal".
4.- El cuello. "Ante cualquier giro, me daba un crujido, y se me ha quitado, ya no hace tampoco ruido".
5.- "Me levantaba 'tirado en la cama', tenía que hacer ejercicio boca arriba levantando la rodilla y ya había perdido toda la fuerza. Hoy, al levantarme, no he tenido ningún problema".
6.- "Me ha cambiado en dos días la perspectiva. Me incomodaba no poder trabajar y ahora lo veo posible. Estoy despejado, más activo, mucho mejor".
Evidentemente, Pedro es consciente de que ha de seguir acudiendo a las revisiones periódicas, pero ha entrado en la calle de la esperanza cuya placa refleja el nombre de Miguel Ángel Santos-Gastón.
La llama del portento intelectual y médico del doctor Santos-Gastón no se apaga, seguramente porque es infinito su humanismo que, a sus 82 primaveras, le incita a abrir nuevos cauces. Es curioso que este próximo San Jorge se cumplirán 15 años desde que recibiera la Medalla de las Cortes de Aragón, cuando apenas era incipiente su nueva etapa con la aplicación de células madre. Tres lustros después, ha encontrado una piedra medicinal curativa que debe cambiar el futuro de la Sanidad a la que, desde hace más de sesenta años, viene ofreciendo -con escaso éxito, incomprensiblemente- soluciones para la salud y la economía del sistema. Pedro Pastor y tantos pacientes son su mejor crédito.