En el correo electrónico de una redacción, se recibe de todo. Desde los recurrentes y previsibles comunicados políticos hasta los ránquines más insospechados, pasando por los días mundiales más estrafalarios o los estudios que nunca nadie ha hecho, pero que las agencias de comunicación convierten en verdad científica, apodíctica, incontrovertible.
En el mail de EL DIARIO DE HUESCA, que ha cumplido este lunes 16 meses, seguramente nada ha irrumpido tan periférico -es un buen eufemismo- como el titulado de la siguiente forma: "Montechochori inicia una campaña de diVULVAción para cambiar la definición que la RAE hace de vulva". Ha encontrado acogida en ese cajón de sastre sociológico que es change.org, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, para pedir al imperio mediático la readmisión de cinco compañeros ejecutados por la tal cosa o para defender la Constitución, pasando por la investigación para enfermedades raras, el indulto para condenados a muerte -o para amnistiados por delitos contra la unidad de España-, el amparo a los pastores espirituales que no quieren casar a homosexuales, la reivindicación del nombre de Reagan para un planeta, el rechazo a la emisión de señales de llamada a civilizaciones extraterrestres o la petición al Papa Francisco para que no se dé la comunión en la mano.
Desde el emisor hola@montechochori.org, se explica que dos mujeres "atrevidas y adolespáusicas" han emprendido la campaña desde Aínsa para cambiar la actual acepción de vulva: "Conjunto de las partes que rodean la abertura externa de la vagina".
El ingenioso documento afirma que "estas vulvásticas mujeres, integrantes de la cooperativa Montechochori, se sienten indignadas con esta definición, que invisibiliza la genitalidad femenina". Así, argumentan de esta manera tan sutil: “Nuestra vulva nos condena desde nuestro nacimiento a sostener un papel social de desigualdad y la definición ni tan solo le otorga identidad propia, ni función, ni forma, ni pertenencia. Perdonen, señoras y señoros de la RAE, pero no pensamos tolerar un “partes de la vagina” como definición de nuestro coño".
Desde el corazón del Sobrarbe, Montechochori ha venido efectuando gestiones con la Real Academia Española de la Lengua, hasta cuya sede madrileña se ha desplazado. "Una vez en la capital, paseando por el centro de la ciudad pudieron comprobar las dificultades que el público en general tiene para identificar y nombrar esta parte tan importante del cuerpo femenino, la confusión que existe entre vulva y vagina, y el tabú y la vergüenza que existe alrededor de la genitalidad femenina". En Madrid acuñaron el hasthag #enocasionesveovulvas que portaban en sus pancartas.
Esta labor de prospección psicológica, unida a sus convicciones profundas además del rechazo de la RAE -momentáneo, acaba tragando con todo- en su papel de "Limpia, fija y da esplendor" establecido desde los orígenes por la institución fundada por el marqués de Villena, ha motivado el lanzamiento de la campaña en change.orge para una nueva definición que venga acompañado de un diálogo social "sobre el tabú de la vulva y que deje de ser algo vergonzante e invisible, empezando por ser nombrada y definida con dignidad y veracidad".
"Nuestra vulva merece no ser nunca más llamada vagina y tener una definición que refleje los aspectos integrales y multifacéticos de este órgano vital”, concluyen desde Montechochori. Talento, imaginación y ocurrencia no se les puede negar en el juego lexicográfico.
¿MONTECHOCHORI QUÉ ES LO QUE ES?
Explica Montechochori que se trata de una cooperativa de iniciativa social que desarrolla un proyecto feminista de desaprendizaje que persigue la liberación partiendo del mismo lugar "que nos condiciona desde nuestro nacimiento, desde la vulva y, por supuesto, haciéndolo con humor, herramienta poderosa para el cambio".
Ha formado parte del programa EREA 2022/23, de apoyo e impulso al emprendimiento en el medio rural del Gobierno de Aragón, donde recibió el Premio al Mejor Pitch. La cooperativa Montechochori sigue unida a este programa en esta edición EREA+ 2023/24.
En Montechochori desarrollan de desaprendizaje, feminismo y visibilidad de la vulva, como la concepción de objetos cotidianos para "democratizar la imagen de la vulva" para generar un pensamiento nuevo que, como tal, demandaría en su opinión un vocabulario nuevo, como "diVULVAción, vulvástica, higosofía o higología, que se puede encontrar en forma de camisetas, tazas o tote bags" en su web www.montechochori.org y que ellas pretenden que poco a poco sea de uso generalizado.