El movimiento Junior de Huesca ha disfrutado su cincuenta campamento de verano en El Run del 9 al 16 de julio. A lo largo de su historia, han sido sido cientos los niños de la provincia los que han disfrutado de esta actividad desde aquel primero realizado en la casa-abadía de Canfranc pueblo en 1974. En esta ocasión 25 niñas y niños de Huesca, Ayerbe, Grañén, Tierz y Monzón han disfrutado de juegos, excursiones, talleres, veladas… en el magnífico contexto del valle de Benasque. En esta ocasión la reflexión ha sido en torno a la participación infantil en los diferentes ambientes que les rodean: la familia, la escuela, la iglesia, el pueblo/ciudad, el tiempo libre…
Siguiendo la dinámica del Ver, Juzgar y Actuar, han compartido y analizado diferentes hechos de participación infantil y juvenil haciendo hincapié en las causas (“no participamos porque no dan importancia a lo que decimos”, “ hay situaciones de injusticia y hay que actuar”, “veíamos que no nos gustaba como se hacía y con otros compañeros se lo dijimos al ayuntamiento”, “nos da pereza comprometernos…), las consecuencias (“lo que conseguimos fue para beneficio nuestro y de otras personas”, “si no participamos no se harán cosas que realmente nos interesan”…); han conocido diferentes realidades de participación (Alumnado del colegio Pio XII y el proyecto del Parque del Encuentro con la Ciudad de las Niñas y los Niños, Puntos activos juveniles, POI…), han seguido a Jesús entre los doctores del Templo y diciéndonos que si no nos hacemos como niños no entraremos en el Reino. Por último todas y todos se han marcado un compromiso personal para mejorar su participación y han hecho propuestas para realizar una acción común como Junior que se concretará cuando comience el próximo curso.
Los momentos de oración de la mañana y la noche, así como la celebración final disfrutada en la ermita románica de la Virgen de Gracia, han sido soplos del Espíritu que han ayudado a dar coherencia desde nuestra fe a todo lo que hacemos. Es una gozada ver a las niñas y niños participando activamente en la oración y la eucaristía y así lo compartimos con las familias que vinieron a comer a El Run el domingo 16 con nosotros y pasar una magnífica jornada de convivencia.
Es imposible resumir en unas líneas lo vivido en esta semana, los campamentos siempre son momentos intensos y que nos refuerzan en nuestra opción por el mundo infantil, aunque es el trabajo de los grupos durante el curso el que da sentido a la tarea. Por si no lo teníamos suficientemente claro, el tema tratado nos ha fortalecido en la idea de que hacen falta adultos “que sean como niños” y les ayuden en su tarea de ser partícipes y protagonistas de sus vidas.