"Ante la menor sospecha de estar sufriendo un ictus, hay que acudir al hospital más cercano cuanto antes". El mensaje de la doctora del Hospital San Jorge Natalia Hernando es muy concreto, el tiempo de reacción ante este imprevisto es fundamental para la supervivencia y para paliar las secuelas.
Afortunadamente, la mortalidad y la discapacidad que apareja en ocasiones está disminuyendo, gracias al control de los principales factores de riesgo, la aplicación de nuevas medidas terapéuticas y la mejora en la detección precoz.
Con el propósito de concienciar a la ciudadanía sobre esta enfermedad, que tiene un impacto tan importante en quienes lo sufren y sus acompañantes, la Cruz Roja de Huesca organizó una charla, en el Colegio Oficial de Médicos, que impartió esta especialista.
Existen dos tipos de ictus, el isquémico y el hemorrágico. El primero se produce por la obstrucción de un vaso sanguíneo y es el más común, mientras que el segundo, asociado a la ruptura de un vaso, es menos frecuente. Ambos tipos pueden presentar grados de gravedad similares.
La doctora Hernando ahonda en las causas del ictus isquémico, que abarca factores como la hipertensión, embolismos, trombosis relacionadas con el colesterol y arritmias cardíacas.
Natalia Hernando explica que la palabra "ictus" significa golpe, es decir, "que estás bien y de repente, estás mal", por lo que no hay ningún indicio previo que nos pueda poner en alerta de lo que nos va a suceder.
Ante la aparición de síntomas como torcer la boca, se paraliza medio lado del cuerpo, no podemos hablar o no entendemos lo que nos dicen, notamos inestabilidad importante, vista doble o dejamos de ver por un ojo, es imperativo acudir al hospital de inmediato, "bien llamando al 061 o en nuestro propio transporte".
"Tenemos una ventana de oportunidad para intentar ver si el paciente es candidato a un tratamiento que pueda revertir o mejorar la situación, pero el tiempo es importante. No me puedo ir a dormir y esperar a ver si mañana me encuentro mejor. Si empezamos a notar síntomas, hay que ir al hospital cuanto antes", insiste.
La prevención puede reducir el número de casos de ictus considerablemente y para ello, la especialista propone medidas clave como el control de factores de riesgo cardiovascular (tensión arterial, azúcar, colesterol), la eliminación de hábitos perjudiciales como "fumar y consumir alcohol, así como la promoción de un estilo de vida activo y saludable".
Todos los hospitales en Aragón están equipados para atender esta patología, con zonas de monitorización específicas para la vigilancia del paciente. "Las técnicas más complejas se realizan en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, pero está todo dispuesto para que funcione de manera fluida y los traslados se hagan lo más rápidos posible", señala.
Las consecuencias de un ictus pueden ser muy graves. Hasta dos tercios de los pacientes pueden experimentar discapacidad y la mortalidad en el primer año puede alcanzar el 30%. "Es una enfermedad potencialmente muy discapacitante, por eso es importante acudir pronto al hospital -insiste-. Hay casos en los que no se puede hacer ningún tratamiento activo, pero los cuidados disminuyen la mortalidad y mejoran las secuelas".
La repetición de ictus es un riesgo, pero la probabilidad será más baja si implementamos las medidas propuestas por la doctora y mantenemos unos hábitos proactivos y saludables.