Nunila Gómez de Liaño es una de las grandes expertas en materia de salud visual en España. Esta tarde, a las 17:30 horas, va a pronunciar en Óptica Arenas la conferencia "Miopía, la nueva pandemia", con entrada libre con reserva de plaza. En esta entrevista, advierte de que hay que pensar que el control favorece la prevención en los niños, pero el uso de dispositivos electrónicos y la variación en los hábitos de juego y deportivos deteriora el equilibrio del sistema visual.
¿La pérdida de calidad de la visión es una nueva pandemia?
La pérdida de la calidad visual es una consecuencia de diversos factores, tanto oculares como sistémicos; entre los factores oculares que disminuyen la calidad visual se encuentra la miopía. Actualmente la miopía tiene una incidencia elevada en la población, pero se estima que en el 2050 la mitad de la población sea miope, pudiendo alcanzar niveles pandémicos.
Miopía en los niños: ¿Cuál es la salud visual de nuestros pequeños?
Tenemos que pensar que la salud visual infantil es buena en términos generales debido a los controles que se realizan habitualmente en las revisiones pediátricas, donde se detectan las alteraciones visuales más relevantes para su tratamiento. Pero por otro lado, el uso de dispositivos electrónicos y la variación en los hábitos de juego y deportivos pueden llegar a hacer que el equilibrio del sistema visual se deteriore, produciendo otras alteraciones no tan evidentes a priori como lo es la disminución de visión.
"El uso de dispositivos electrónicos y la variación en los hábitos de juego y deportivos pueden llegar a hacer que el equilibrio del sistema visual se deteriore"
¿Es una apreciación o una realidad? : cada vez hay más escolares con problemas de vista.
Los hábitos tanto de vida como ergonómicos, así como los factores alimenticios entre otros, que hemos adoptado en las últimas décadas, son precursores de factores desencadenantes de diversos problemas oculares, no solo defectos de visión; del mismo modo, hay otras alteraciones visuales binoculares, acomodativas… que contribuyen muy negativamente en la salud visual del niño y que habitualmente pasan más desapercibidas, ya que no producen disminución tan significativa de la visión.
¿Existe la prevención para la miopía en los niños?
Este es un tema sobre el que hay mucha investigación en la actualidad y sobre lo que se está trabajando mucho mundialmente debido a las consecuencias negativas que lleva asociadas el desarrollo de esta afección. Actualmente no podemos prevenir la aparición de la miopía, pero sí ralentizar su evolución mediante diferentes tratamientos, con índices de efectividad hasta 50-60% en la contención de la progresión de la miopía. De momento esto es con lo que contamos, lo que supone un gran avance en este campo.
Más que los dispositivos electrónicos en sí, es la distancia a la que se utilizan habitualmente lo que condiciona la salud del sistema visual
¿En qué medida influyen los dispositivos tecnológicos en la salud visual?
Más que los dispositivos electrónicos en sí, es la distancia a la que se utilizan habitualmente lo que condiciona la salud del sistema visual. El enfoque durante periodos de tiempo prolongados a cortas distancias ejerce un efecto negativo fundamentalmente en niños miopes y en pacientes con problemas binoculares. Esto, junto con otros hábitos adquiridos con el uso de las nuevas tecnologías, hace que se puedan modificar algunos parámetros, desencadenando de esta manera molestias oculares.
Supongo que habrá muchas casuísticas en este campo
En gran medida y muy negativamente. Sobre la influencia de teléfonos móviles, tablets, PC y demás podemos encontrar muchos estudios publicados en los últimos años, por lo que existe una gran evidencia científica sobre el tema. En la mayoría de ellos se pone en evidencia cómo el enfoque durante tiempo continuado a distancias cercanas es nocivo para los niños.
¿Qué recomendaciones habría que dar a los padres para atender adecuadamente la salud visual de los niños?
Algo bastante sencillo: realizar revisiones oculares periódicas para comprobar cómo está funcionando ese sistema visual. Comprobar que todo marcha adecuadamente, y si existe alguna desviación sobre la norma, poder tratarla. En principio y si todo está correcto, una revisión anual en ausencia de signos de alarma sería recomendable. Proporcionar una buena educación visual a los hijos, dando pautas ergonómicas y controlando el tiempo de uso de los dispositivos electrónicos sería algo muy recomendable.
¿Es cierto que, en óptica, lo barato puede resultar caro?
De la misma manera que en prácticamente todos los ámbitos. Aquí cabría puntualizar que no es lo mismo la necesidad de una persona que requiere de una ayuda óptica, como puede ser una gafa, para ver algo puntualmente, que un paciente que demanda una calidad visual y confort adecuados a su estilo de vida o un niño o un joven que requieren un tratamiento determinado, en cuyos casos es realmente importante la calidad, característica que habitualmente va ligada al encarecimiento económico del producto.
Aparte de la miopía, ¿qué otras patologías se acumulan en los ojos de los niños?
Desde patologías congénitas (cataratas, glaucoma…) a las adquiridas podemos encontrar un amplio rango, siendo quizás las más habituales los defectos refractivos como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, la ambliopía y el estrabismo.
¿Las tecnologías pueden resultar claves para una posible atención a la salud visual que no sólo sea reparadora, sino recuperadora?
Existen tratamientos en la terapia visual basados en el uso de dispositivos electrónicos, tanto ordenadores como móviles y tabletas, con los que se pueden llegar a obtener muy buenos resultados.
Los estudios visuales deberían ser realizados por profesionales especialistas de la visión
¿Llegará un día en que todas las personas disfrutarán de una oportunidad de mejora de la visión accesible?
Espero que así sea. Debido a ya que el servicio sanitario está en marcha hace mucho tiempo, el mayor inconveniente en este caso radica en la economía, ya que para mejorar la visión normalmente son necesarios medios ópticos, cuando no quirúrgicos, estos últimos sufragados por la sanidad pública, no así los primeros, a los que es el paciente el que debe hacer frente al coste de la ayuda o del tratamiento requerido, motivo por el cual algunas personas no pueden alcanzar la mejora deseada.
Por cierto, ¿cómo podrían contribuir las administraciones a mejorar la salud de nuestros ojos?
Realizar screening visuales sistemáticamente a todos los niños a partir de los 3 años creo que es de suma importancia en la detección precoz de anomalías oculares. Los estudios visuales deberían ser realizados por profesionales especialistas de la visión, para lo que resultaría de gran ayuda la incorporación de optometristas al sistema nacional de salud en los centros de atención primaria, proporcionando así mayor calidad en los servicios de salud.