Paloma Delgado recoge firmas a través de Change.org para dirigirlas a la Audiencia Provincial de Huesca a escasos días del fallo que presume que hará que sus tres hijos, de 16, 14 y 10 años, vuelvan a ver a su padre, el exconcejal de PP de Huesca Luis Irzo, que fue condenado en 2019 a siete años de prisión por maltrataro habitual a su mujer y sus tres hijos. No entró en prisión ya que se conmutó la pena a cambio de no volver a delinquir en tres años y realizar un programa formativo en materia de violencia de género y 510 jornadas de trabajos en beneficio de la comunidad.
Paloma Delgado recuerda que en menos de un mes su “exmarido maltratador podrá ver” a sus hijos, a pesar de todos los intentos por protegerles desde hace años. En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer vuelve a contar su historia, “que es la de muchas mujeres”, y pide que se apoye su petición.
“Pido vuestro apoyo para poder continuar con la reconstrucción de la vida de mis hijos, que comenzó con la suspensión de las visitas a su padre en abril de 2019”, dice Paloma Delgado. Esta víctima cuenta el horror que empezó a vivir apenas dos meses después de su boda en 2004 y el de sus hijos que “comienza cuando el mayor tiene 18 meses de edad y que se prolongará 12 años”.
Paloma recuerda que el Juzgado de Huesca, en contra de la postura de la Fiscalía, que solicita que las penas de 4 años de suspensión de visitas y orden de alejamiento se cumplan de manera acumulativa salvándolos definitivamente hasta la mayoría de edad, “ha optado por aplicarla de forma individual, de modo que la orden de alejamiento estaría ya finalizada y las visitas con el padre se tendrían que reanudar antes del año que viene (primando una vez más los derechos del progenitor frente al de los menores). Todo esto a pesar de no haber mostrado arrepentimiento alguno, ni reconocimiento de los hechos por su parte ni de su entorno”.
Ahora, solicita a la Audiencia Provincial de Huesca, de nuevo, y por el tipo de delito, el cómputo acumulado de las penas, de modo que la orden de alejamiento y la suspensión del régimen de visitas sea de 16 años para todos, y de 18 en el caso de su hijo mayor.
Una vez más, considera, “los privilegios del agresor están destruyendo el derecho legítimo y básico de tener una infancia libre de violencia”, y vuelve a señalar “un maltratador no es un buen padre y que el interés del maltratador nunca debe ser más importante que el de la víctima”.
“Aunque nuestro maltrato no ha tenido consecuencia punitiva alguna, no pedimos venganza, pero, por favor, salven a mis hijos de un sufrimiento que no merecen. Ayúdanos con tu firma a conseguir que se prorrogue la orden de alejamiento y a que mis hijos no se vean obligados a tener visitas con su maltratador”, reclama. “Ayúdanos, simplemente, a sobrevivir”, concluye. Esta tarde llevaba recogidas 110.000 firmas.