El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha lanzado un mensaje de concienciación para frenar la proliferación de hitos o pequeños montículos de piedras en ríos, lagos, costas, caminos, cuevas y otros entornos. Una práctica que, aunque pueda parecer inofensiva, causa daños en el medio natural.
Según explican, los cantos rodados que se encuentran en el lecho y las orillas de los ríos son refugio de insectos, crustáceos, mamíferos, anfibios y alevines de peces. Al mover las piedras o pisar estas zonas, se destruyen sus hábitats y pueden morir tanto los animales como sus puestas.

El organismo gestor del parque detalla que esta práctica también favorece la erosión de las orillas, ya que los cantos rodados ayudan a estabilizar el suelo y reducir el desgaste provocado por el agua. Además, su retirada altera ciclos naturales como el crecimiento de algas y musgos, base de la cadena alimentaria acuática, y provoca la pérdida de información sobre el patrimonio geológico que ofrecen estos depósitos naturales.

A todo ello se suma un impacto estético, ya que “los paisajes de ribera no requieren intervención humana para aumentar su belleza” y, en senderos claros y señalizados, la colocación de nuevos hitos resulta totalmente innecesaria.
El Parque Nacional anima a los visitantes a disfrutar del entorno sin modificarlo y a colaborar en la conservación de este espacio natural protegido, patrimonio de todos.