El padre Pedro Aguado Cuesta ya es obispo de la Diócesis de Huesca después de responder a las preguntas preceptivas del cardenal Joao Braz de Aviz como examen de fe, la postración para escuchar las letanías a los santos, la imposición de manos por parte de los 23 obispos presentes y plegaria de Ordenación, la unción en la cabeza, la recepción del libro de los Evangelios, del anillo episcopal, la mitra y el báculo, para tomar posesión en su Cátedra.
El encuentro con el Consejo Diocesano de Pastoral, de la Conferencia Española de Religiosos y de los Arciprestazgos ha sido el símbolo de la introducción en la comunidad diocesana de monseñor Aguado, en una ceremonia cuidada en todos los extremos, con una solemnidad y una profundidad sobrecogedora hasta que el nombramiento ha sido secundado por una salva de aplausos.
"Gracias, caminar juntos y opciones". Las tres palabras que ha compartido al final de la ceremonia. La frase de la carta de Pablo a Timoteo es su lema: "Ser de quien me he fiado y sé que tiene poder para ayudarme a llevar hasta el final el encargo que me da".
Ha tenido un recuerdo especial a los Escolapios: "Siempre caminaré con ellos".
Y ha pronunciado una gratitud al Papa Francisco, a quien no pudo dar las gracias por su "testimonio de padre, obispo y pastor".
También reconocimiento a sus predecesores como Jesús Sanz y Julián Ruiz, con recuerdo a Javier Osés, a los sacerdotes y los laicos que trabajan por la Diócesis de Huesca. Y específico a Vicente Jiménez Zamora. E irrenunciable alusión a San José de Calasanz.
Ha pedido a todos que seamos sinodales: "Caminad juntos. Yo no estoy preparado para esto ni tengo un programa establecido", ha asegurado. "Diréis: estamos apañados. Pues es cierto gracias a Dios. Yo, desde luego, no estoy preparado y me alegro de poder decirlo públicamente y así podré aprender". No conoce la realidad de la diócesis y por eso la opción es "Caminar junto a vosotros. Esa es la iglesia sinodal que cree en Dios".
Sí tiene ambiciones de las que está muy seguro. "Creo profundamente en el valor del mensaje del Evangelio, la misión de la iglesia es transmitirlo con un testimonio y no hay nada más apasionante. Cristo Jesús es la respuesta a las preguntas del ser humano. La misión de la Iglesia es este mensaje creíble, auténtico y humilde. Nada hay más mejor que dedicar la vida a alguien más grande que tú".
Una iglesia misionera y sinodal, "que no piense en sí misma, para todos cogedora y abierta al mundo entero, capaz de suscitar en los jóvenes el deseo de estar en ella", que además "entienda que en ningún lugar de su identidad cabe la exclusión".
La tercera última gran consideración y como escolapio, siguiendo a San José de Calasanz, es que aprendió a "creer en los niños y en los jóvenes". "Con él aprendí a creer a los pobres, en crear la comunidad, en la lucha diaria para llevar a cabo un proyecto de vida. Tenéis un obispo contento que no estar preparado y convencido de lo que tengo que aprender, pero que va a trabajar sin descanso".
Extraordinaria expectación en la Santa Iglesia Catedral de Huesca ante la ordenación episcopal del padre Pedro Aguado Cuesta, consagrado principalmente por el cardenal Joao Braz de Aviz, prefecto emérito del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, acompañados por Carlos Escribano, arzobispo metropolitano de Zaragoza, y Vicente Jiménez, administrador apostólico de Huesca Jaca.
Casi media hora antes, los celebrantes se han dirigido desde el palacio episcopal a la Catedral, cuando ya estaba el templo muy concurrido. El nuevo prelado ha saludado a los feligreses en los bancos antes de dirigirse a la Parroquia con toda la comitiva. En el atrio, a las 10:30 horas, ha sido recibido por el Cabildo catedralicio, donde el cardenal ha presentado ante el clero y el pueblo de Dios, a Pedro Aguado: "Os presento a quien desde ahora será vuestro pastor y presidirá las celebraciones más solemnes en esta Santa Iglesia Catedral: monseñor padre Pedro Aguado Cuesta".
El deán, Juan Carlos Barón, y miembros del Cabildo le han ofrecido el lignum crucis para que lo besase, y ha entregado al obispo electo el hisopo con agua bendita para que se asperjase a sí mismo y a los presentes. En la capilla del Santo Cristo de los Milagros, Pedro Aguado ha dedicado un momento de oración ante el Santísimo Sacramento y la imagen venerada por los oscenses.
Todo está cargado de simbolismo. En el presbiterio se ha colocado un reliquiario con las sandalias que pertenecieron a San José de Calasanz, el fundador de los escolapios, congregación a la que pertenece el nuevo obispo.
Las sandalias del fundador son parte del escudo pontificio, y Pedro Aguado afirma que, "desgastada de tanto caminar, son un símbolo de la entrega a la misión, que deseo que siga marcando mi caminar".
En la procesión para el inicio de la celebración, multitud de prelados entre los que se encontraban los predecesores de Pedro Aguado, Jesús Sanz Montes (arzobispo de Oviedo) y Julián Ruiz Martorell (ahora de Sigüenza-Guadalajara), además del oscense José Antonio Satué, hoy en Teruel-Albarracín, y Ángel Pérez, de Barbastro-Monzón.
La atmósfera se ha impregnado de la expresión de fe desde la interpretación por el coro de la Catedral de "Pueblo de Reyes".
JIMÉNEZ ZAMORA: QUE NADIE TE ROBE LA ILUSIÓN Y LA ESPERANZA
Después de la entrada de todos los concelebrantes con el acompañamiento del órgano monumental con la pieza "Tiento de registro a cinco de primero tono" de Francisco Correa de Arauxo", Monseñor Jiménez Zamora ha dado la bienvenida al nuevo obispo con su prodigioso verbo, que no ha dejado a nadie de saludar y agradecer.
"Álegrate, Iglesia particular de Huesca, porque Dios te envía un nuevo obispo y pastor", ha iniciado su alocución entrando en materia. "Querido hermano Pedro, inicias tu ministerio de Obispo", "el Santo Padre Francisco, al que pedimos en merecido descanso eterno... te nombraba obispo como leeremos en la bula papal" para una Diócesis cuyo último titular fue Julián Ruiz Martorell. "Es una diócesis cargada de siglos" con San Lorenzo y San Vicente como patronos, "pero no quiere quedarse en el regodeo espiritual de las huellas pasadas", sino que la herencia de fe cristiano "ha de ser punto de partida de una iglesia viva y evangelizadora" bajo los auspicios de León XIV, en "unidad sinodal".
Ha recordado la carta pastoral de los obispos al servicio del mundo rural, para incidir en los pueblos poco habitados para "ofrecer un rayo de luz y esperanza ante la despoblación" y hacer un elogio de lo pequeño frente a la productividad y la dictadura de las apariencias. "Te animo a que te insertes en ese surco evangelizador" para gestar nuevos escenarios. "Nuestra esperanza se sustenta en Dios, no tanto en nuestras propias fuerzas", ha agregado en consejos al nuevo obispo. "Que nadie te robe la ilusión y la esperanza". "Bienvenido el que viene en nombre del Señor", ha concluido.
ROMAN WALCZAK
El primer secretario de la Nunciatura Apostólica en España, Roman Walczak, ha sido emisor de la bendición apostólica del Papa en el inicio de su intervención. "El Santo Padre os da a Pedro Aguado Cuesta como obispo".
Ha incidido en los santos mártires Vicente y Lorenzo. Tras agradecer la entrega de Julián Ruiz Martorell y del administrador apostólico Vicente Jiménez Zamora por su disponibilidad con que acogió el encargo con alegría, Pedro Aguado Cuesta "viene a Huesca para prestar un servicio a imagen de Cristo".
Avanzaba la eucaristía con el Kirie Eleison y las lecturas de las Sagradas Escrituras concluidas por el Evangelio según San Mateo que enumera a los doce apóstoles.
UNIDAD EN LA NUEVA ETAPA
El Cardenal consagrante, Joao Braz de Aviz, tras la interpretación del Himno Veni Creator y la muestra por la canciller Patricia Palacios de la Bula del nombramiento de Pedro Aguado Cuesta por el Santo Padre para posteriormente leerla, ha pedido unidad en la Diócesis bajo el nuevo prelado.
Ha incidido en la importancia de la Santísima Trinidad y su traslación a que "seamos creados a la imagen y semejanza. Para ser amor como Dios es amor".

Ha aludido a las redes sociales y a la dificultad para consumir relaciones fraternas, "que se vuelve posible cuando entendemos las personas de la Santísima Trinidad. La relación entre Padre, Hijo y Espíritu Santo es nuestro modelo relación".
Ha abogado por la humildad, la escucha sincera y el diálogo. "Esto es lo que estamos aprendiendo en la iglesia para que nos haga una comunidad de hermanos y hermanas que nos haga felices". Se ha declarado firmemente persuadido.
Se ha referido a Pedro Aguado Cuesta, nuevo miembro del colegio episcopal. "Nosotros nos alegramos y agradecemos a la Santísima Trinidad porque te trajo. Como la virgen de Begoña, Dios te bendiga".
Tras la palabra del cardenal, se ha sucedido el rito que ha conducido a la ordenación episcopal de Pedro Cuesta, plagado de simbolismo, solemnidad, respeto y alegría.
CEREMONIA CON PROFUNDIDAD
La ceremonia, en la que han participado 23 obispos y muchas decenas de sacerdotes con profusión de Escolapios (dos autobuses han llegado hasta Huesca), ha seguido estrictamente el rito que es plenamente vigente.
En el examen a monseñor Aguado, las preguntas se dirigían al anuncio del Evangelio con fidelidad y constancia, al depósito de la fe íntegro y puro, a la Unidad de la Iglesia y el orden de los Obispos, a la obediencia fiel al sucesor de Pedro y al cuidado del pueblo de Dios en el camino hacia la salvación.
En este sentido, agregaba: "Con los pobres, con los inmigrantes, con todos los necesitados, ¿quieres ser siempre bondadoso y compasivo?"
Igualmente, se ha comprometido a buscar "las ovejas dispersas y conducirlas al aprisco del Señor".
Contestadas afirmativamente las cuestiones, ha concluido Braz de Aviz: "Dios, que comenzó en ti la obra buena, él mismo la lleva a término".