El Perdón de Cristo y el desconsuelo de La Dolorosa se elevan con las 7 palabras en un Encuentro eterno en Huesca

Emocionante madrugada en el recorrido y la confluencia en San Pedro el Viejo con La Hora Mística y el Stabat Mater

18 de Abril de 2025
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El Cristo del Perdón parte de Santo Domingo y San Martín al Encuentro con la Dolorosa. Foto Pedro Ayuso
El Cristo del Perdón parte de Santo Domingo y San Martín al Encuentro con la Dolorosa. Foto Pedro Ayuso

Como una premonición, como un negro augurio, parten a la vez. El Cristo del Perdón, que en su misión mesiánica soporta el sufrimiento inhumano como un ser humano en un imposible sólo explicable por su divinidad, por un lado. Ya muerto. La Virgen Dolorosa, madre, afligida, desconsolada y resignada ante el destino marcado por el Supremo.

Son las 0:15 horas y los cielos y la tierra, Huesca en concreto, resuenan con los mismos tambores de Pasión y de Muerte. La madre acude hacia el Hijo inerte, parte desde la Plaza de la Catedral sola y, acompañada de la Cofradía ya con 95 años y vestida de túnica azul con cruz y bocamangas blancas, en el camino hacia la esperanza. Lágrimas y facciones perfiladas por el oscense Vicente Vallés en 1947. Manto y palio bordados por la gran María Antonia Sanagustín. En su rostro, se adivina el mal augurio, esas siete puñaladas que, presume, ha recibido el Cristo. El destino, la Iglesia de San Pedro.

A la misma hora, una vez interpretado el Himno al Cristo del Perdón, emerge de la Iglesia de Santo Domingo y San Martín la cofradía homónima, túnicas y capirote amarillos con cruz y cíngulo rojos, 96 años le contemplan. Pesarosos por el final, esperanzados por la certeza de que la muerte no tiene la última palabra, avanzan por el Coso Bajo y Ramiro el Monje hasta San Pedro, portando al Cristo inmóvil todavía con las señales de los estertores de la brutalidad.

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Frente a la iglesia panteón real, la hora de la Verdad y de la fe. Las Siete Palabras que retumban en la noche:

  • "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".
  • "De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso".
  • "¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!".
  • "¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?".
  • "Tengo sed".
  • "Consumado está".
  • "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".

Coro angelical, suena Ars Nova dirigido por Conrado Betrán. Es La Hora Mística, noche azul y recóndito amor, y el Stabat Mater (Estaba de pie la madre), a la vez vísperas y laudes, sueños de resurrección, anhelos de salvación.

Al Cristo del Perdón, misericordia máxima que envía el corazón incluso a sus captores y verdugos, se le aprecia en la faz el rasgo del dolor y, sin embargo, se apodera la serenidad. El paso de Pedro Nolivos, el fraile dominico que puso su inspiración máxima hace 330 años rezuma vida  en la muerte. Quizás porque es otra clase de muerte reversible, probablemente porque la vida se recubra de eternidad.

Es madrugada y la suerte está echada, aunque el final no es sino el origen de la redención, con los mismos tambores, con idénticas oraciones, con la profundidad a Dios debida y la verdad por Dios comprometida en la Sangre y el Cuerpo. Camino del Santo Entierro.

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