La X Peregrinación de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Huesca acaba con pura emoción

La emoción y la trascendencia se combinó con anécdotas que llenaron de alegría a los 120 oscenses

17 de Octubre de 2022
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Peregrinos oscenses, de blanco y verde, ante el templo compostelano
Peregrinos oscenses, de blanco y verde, ante el templo compostelano

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Huesca ha saldado con una extraordinaria satisfacción la décima Peregrinación, que la directiva presidida por Conchita Puyalto programó con tanto entusiasmo como generosidad para recorrer entre el  1 y el 9 de octubre la ruta desde Tuy hasta Santiago de Compostela.

"Se han podido vivir las sensaciones  de conocer nuestras fortalezas, disfrutar la naturaleza, comunicarnos con quien nos acompaña, adaptarnos a las pequeñas contrariedades, convivir con quien día a día sentimos  muy alejados de nosotros y admirar a los que compartimos una misma forma de entender la vida", asegura Conchita Puyalto sobre la trascendencia del Camino.

Los aproximadamente ciento veinte peregrinos oscenses disfrutaron de los 120 kilómetros del trazado. Departieron, compartieron y repartieron. Gozaron con anécdotas como el baile del alcalde de O Porriño, padecieron algunos pequeños inconvenientes propios de unas marchas de este tipo, exigentes en el tesón y el esfuerzo. Se ha creado "un ambiente de amistad", asegura Conchita Puyalto, "con la intensidad de ser ya una familia peregrina que comparte  valores y forma parte de un movimiento Mundial, cuyo foco es Santiago de Compostela y el sustento se desarrolla caminando, en soledad o acompañados y el transfondo parece surgir  en la búsqueda del autoconocimiento".

Cuando alcanzaron la plaza del Obradoiro, la emoción era patente en los peregrinos de Huesca. La diversidad del ser humano se manifiesta no sólo en el origen y el camino, sino también cuando se abraza la meta y cada uno expresa a su manera, en ocasiones interiormente, en otras con lágrimas, en algunas con una sonrisa que es la mirada al patrón o a Dios, y en no pocas con una oración. En la Catedral, nombraron a peregrinos de 60 países. Llegaron todos por sus caminos confluyentes, metáfora del impacto mundial jacobeo.

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