La plaza López Allué se ha transformado este viernes en un escenario de compromiso social con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Alzhéimer. Lo que habitualmente es un espacio de tránsito cotidiano se ha llenado de voces, risas, juegos y gestos que han tejido un mosaico intergeneracional: desde niños que han participado en actividades lúdicas durante toda la mañana, organizadas por la Asociación Alzhéimer Huesca, hasta representantes políticos y sociales que han querido subrayar la importancia de no dar la espalda a esta enfermedad.
El momento más especial ha llegado con la intervención de Presen, usuaria de la entidad, que, frente a decenas de personas, ha compartido su experiencia con la enfermedad, no solo en nombre propio, sino también en representación de quienes la padecen y de las familias que la afrontan cada día.
“Me llamo Presen y vivo con Alzheimer”, ha comenzado diciendo. Con firmeza, ha explicado que el alzhéimer le ha quitado recuerdos, independencia y seguridad, pero que no le ha arrebatado lo más valioso: "ni la dignidad ni las ganas de vivir ni el derecho a ser escuchada".
Presen ha recordado que quienes conviven con esta dolencia tienen los mismos derechos que cualquier otra persona: a recibir información adecuada, a no ser discriminados, a participar en la sociedad y, sobre todo, a ser tratados con respeto y cariño.
En su discurso también ha hecho referencia al lema de este año, “Igualando derechos”, para insistir en que no se trata de pedir privilegios: "Queremos lo mismo que cualquier ciudadano, poder vivir con dignidad".
La intervención de Presen ha tenido un espacio especial para reconocer el papel de la Asociación de Alzheimer de Huesca: "No sólo nos da apoyo, también nos defiende, nos representa y nos acompaña cuando más lo necesitamos", y allí reciben comprensión, actividades que le estimulan, ayuda para su familia y esperanza. Sin estas asociaciones, ha advertido, muchas personas se encontrarían "más solas, más invisibles”.
Presen ha pedido con claridad que no se olvide a quienes conviven con el alzhéimer, que se invierta en investigación, que se apoye a los cuidadores y que se creen recursos accesibles y cercanos. “Porque cuando fortalecen las asociaciones, nos fortalecen a nosotros”, ha recordado.
Su discurso ha concluido con un mensaje profundamente humano: “Yo tengo alzhéimer, pero antes que eso tengo nombre, tengo historia, tengo sentimientos. Y lo que más quiero es que se me reconozca como persona, con mis derechos intactos hasta el último día”.
COMPROMISO SOCIAL
El acto conmemorativo, conducido por el director de EL DIARIO DE HUESCA y secretario de Alzheimer Huesca, Javier García Antón, ha contado con la presencia de la alcaldesa, Lorena Orduna, el vicepresidente de la Diputación Provincial, Ricardo Oliván, el presidente de Arcadia, José Luis Laguna, la gerente de Cadis, Marta Peña, y en representación del Colegio Oficial de Médicos, Ana Sánchez.
También han acudido la presidenta de la Comarca de la Hoya, Mónica Soler, y la concejala de Servicios Sociales, Marta Escartín, además de otros compañeros de corporación, como José Miguel Veintemilla y Susana Oliván, por parte del Partido Popular, y Concha Bailac y Fernando Sarasa, en representación del Partido Socialista. Todos ellos han querido sumarse a una celebración que ha reunido igualmente a una amplia representación de la Junta Directiva de Alzheimer Huesca, junto a voluntarios y profesionales encabezados por su gerente, Nekane Rosas.
La jornada ha contado con la implicación del colegio Juan XXIII, así como de adultos, chicos y chicas de las asociaciones Aspace y Down, además de los propios usuarios de Alzheimer Huesca, que han aportado la dimensión más humana y cercana a la causa.
En su intervención, la presidenta de Alzheimer subrayado que vivimos en una sociedad avanzada y libre, “llena de tecnología y avances científicos”, pero ha advertido de que existe algo capaz de despojarnos de todo: “La Enfermedad de Alzheimer que priva, a las personas que la padecen, de todo aquello de lo que antes eran capaces y las convierte en personas vulnerables e indefensas, en muchos casos en totalmente dependientes”.
Por ello, Irene San José ha pedido que nadie se sienta ajeno a esta amenaza y que todos contribuyan a “hacer más llevadera la vida de las personas con esta malvada enfermedad”.
En su alegato ha reclamado diagnóstico temprano, estimulación y autocuidado, una atención especializada y, cuando sea posible, “un tratamiento que impida que esta enfermedad aniquile todas nuestras capacidades”. Además, ha solicitado más conciencia social, mayor especialización sanitaria, más recursos para asociaciones sin ánimo de lucro como Alzheimer Huesca y, sobre todo, más investigación.
En este sentido, ha recordado que en Aragón “hay una empresa de investigación (Araclon Biotech) que continúa trabajando para llevar a éxito una vacuna contra el alzhéimer y la posibilidad de un diagnóstico de la enfermedad”.
Su discurso ha culminado con un recordatorio tan sencillo como contundente: “No olvidemos a los afectados por el alzhéimer, recordarlos es parte de nuestra ayuda”.
Junto a la presidenta de Alzheimer Huesca, han intervenido la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, y el vicepresidente de la DPH, Ricardo Oliván, además de tres escolares —Julius, Enzo y Leyre— que han puesto voz a la mirada infantil sobre la enfermedad. La última palabra, como se ha indicado, la ha tenido Presen, que ha puesto rostro y emoción a la lucha contra el olvido.
La entidad anfitriona, Alzheimer Huesca, fue fundada en 1994 por Luis Anoro Rapún y se ha consolidado por su especialización como un referente en la sensibilización y el acompañamiento de las familias que conviven con esta enfermedad.