"Todos me conocéis, soy muy famosa. Soy Paz Serrano, y aquí estamos las compañeras de la primera promoción de Enfermería de Huesca. Hace 50 años que hemos terminado y ya ves lo estupendas que estamos". Por aclamación, ha sido la elegida para dirigir las primeras palabras en la celebración de las Bodas de Oro de las pioneras estudiantes. La atmósfera es jovial, propio de quienes han adquirido tanta sabiduría a lo largo de una fructífera y meritoria andadura por el cuidado de los demás.
Aquí están en torno a una mesa, en el Hotel Abba, Marta Beltrán, Charo Bellido, Pilar Cepero, Conchita Ciria, María Dolores Cisuelo, Lourdes Corral, Pilar Escartín, Cruz Hernández, Nieves Inglán, María Ángeles Mairal, Jose Roca, Rosa Santafé, Gemma Santolaria y Paz Serrano. No están todas las que fueron, pero son todas las que están. Recuerdan a alguna de las ausentes y dan gracias porque en este planeta Tierra subsisten todas. Las 20 de la partida. Invencibles en su ánimo.
1970-1973 es el marco temporal. "Hicimos Enfermería internas, eran otros tiempos, pero guardamos unos recuerdos maravillosos. Éramos unas crías, nos engordamos todas porque el cocinero cocinaba que era una barbaridad, hacíamos prácticas en el hospital... Es muy curioso porque en segundo curso abrieron Traumatología del Servet y se fueron todas las enfermeras de Zaragoza. Os acordáis, ¿no?" Todas asienten por aclamación. "Éramos muy espabiladas, nos dejaron a trabajar y salió todo adelante de maravilla. No es que me eche faroles, pero corroboradlo". Otra vez unanimidad entusiasta. Se nota que tiene alma Paz de la supervisora que ha ejercido con la autoridad del saber durante muchos años. "Hacíamos noches. Yo guardo un recuerdo estupendo, al igual que todas mis compañeras. Nos seguimos viendo, no nos reunimos mucho, pero como Huesca es pequeño nos vemos, nos paramos. Pues tengo esto, pues esto me duele, pero yo creo que lo llevamos bastante decente para la edad que tenemos".
Y empieza el torbellino de recuerdos. Y es que ellas comenzaron el curso en el año 1970, justo el año en el que se instituyó la figura de las mairalesas en las fiestas de Huesca. "Hubo una mairalesa, Mari Carmen Arnal, que estudió Enfermería con nosotros, pero trabajó poco y luego siguió con su carrera de Música".
Rememoran los nombres de las profesoras. "Rosa Villalba, Pepa Laclaustra, Ana Suescun y médicos, daban clases muchos médicos". Marcos Sanz Matesanz era el director del Hospital. Y aquí un asunto sensible. ¿Se ligaba con los médicos? "Hay mucho mito pero hay mucha realidad. Yo a mi marido lo conocí allí, en el Hospital". Aquí se rompe la unanimidad. "Paz, has sido la única". Y una reflexión. "En todos los colectivos que hay hombres y mujeres, es fácil que haya ligues". Llega una apostilla: "La primera de la promoción que se casó fui yo. Terminamos en junio y me casé en septiembre. Y vinieron todas a mi boda, aún tengo las fotos".
TIEMPOS DE RESPETO
En la carrera, el ambiente era completamente distinto. "Estábamos internas y era como un colegio de monjas". La participación se va animando cuando se habla de la Enfermería de antaño y la de hogaño. "Se han hecho grandes avances, no tiene color". Cruz matiza: "Se han hecho avances técnicos más que humanos". Emergen nuevas voces. "Y trabajábamos muchísimo, pero sin importarnos". Era una relación de respeto con el paciente, "educación entonces toda la del mundo, sin problemas, y nos querían". De hecho, una de las comensales sostiene que, en la educación, en la Escuela de Enfermería, "nada tenían que ver los primeros alumnos que tuve con los últimos".
En una hipotética emergencia, ¿de qué serían capaces estas jóvenes veteranas de mil batallas en la Enfermería? "Hombre, hay suficiente gente, pero podríamos ir". "En primer lugar, no nos llamarían porque hay suficiente gente". Una de ellas se ofreció cuando la covid, pero le dijeron que no era preciso su concurso. Aluden a un descarrilamiento de un tren en Vicién y todas se personaron voluntariamente. Otro caso, otra catástrofe, un accidente de autobús de "abuelitos catalanes" que iban a Torreciudad. Y el desastre por excelencia en nuestra provincia en años, la riada de Biescas. "A mí me tocó de guardia, estuve dos días y medio sin salir del hospital. A todo el personal de enfermería que llamé no puso ningún problema, vino todo el mundo".
Tan concentradas estaban en su profesión, tantos años han pasado, que la pregunta siguiente les pilla en un pequeño renuncio. Películas de sus tiempos de carrera. "Grease", agua. Es de 1978. El Padrino, agua. De 1973. Pero a la tercera va la vencida. "La Hija de Ryan, preciosa". ¡Bingo! De 1970. Canciones: salta rápidamente Help, de Tony Ronald. De 1971. La cantan. Y "Manda rosas a Sandra" de Sabu. 1971. Buena memoria. Y El Dúo Dinámico. Y el Perdóname de Camilo Sesto. Deduce el cronista que les apetecía cantarla, porque en realidad ya llevaban siete años de ejercicio en la Enfermería cuando apareció el álbum que la integraba. Muchos recuerdos. "El día de mi 21 cumpleaños, estaba durmiendo y entraron en la habitación cantando: "Ayer veinte años cumplí, la inocencia perdí... Era Mari Trini".
Lo de San Lorenzo dividía a la clase en dos. "Salíamos la mitad de la escuela, y la otra mitad se quedaba. No teníamos vacaciones. Para Navidad, una semana de vacaciones. Las que éramos de pueblo, nos dejaban pasar Nochebuena para estar con la familia, y las demás les dejaban salir a cenar por Huesca. A la semana que viene, cambiábamos. para Semana Santa, si tenías Domingo de Ramos, no tenías el Domingo de Pascua. Y para el verano, si aprobabas todo, podías elegir y tener vacaciones para San Lorenzo. Normalmente, las de pueblo las teníamos en julio y las de Huesca en agosto". "Nos tenían de guardia sábado y domingo. Y a las diez de la noche a dormir. Concha y yo hicimos una Nochebuena en la tercera planta, llorando a todo llorar". "Y yo noche entera en Medicina Interna", replica Paz.
Las anécdotas vuelan al ritmo de los platos que sirve el Hotel Abba. Aquellas comidas estupendas en la escuela, con vino en la mesa siempre. Los exámenes en la Facultad en Zaragoza, "en un aula que daba horror". Un régimen "espartano", como apunta Cruz, pero un ambiente de respeto. Unos sueldos de 750 pesetas al mes por hacer prácticas. Unas habitaciones hasta de tres proyectos de enfermeras, con baño, tocador y balcón. Aquella peripecia cuando fueron a reivindicar ante La Nueva España y, en cuanto llegaron a la escuela, les esperaba Dirección con una buena reprimenda.
Parece que resuena la música de Los Mustang. "Jóvenes, éramos tan jóvenes". Era previa incluso a aquel 1970, pero es un himno de vida. Como esta velada maravillosa de 14 enfermeras perpetuas. "Brilla ya en tus ojos la felicidad de verme aquí, junto a ti. ¡Qué alegría siento en mí!".