La emblemática y tradicional Procesión de los Siete Dolores, organizada por la Hermandad del Santo Cristo de la Agonía y Nuestra Madre Dolorosa, tuvo que ser suspendida por la lluvia a pesar de los intentos de la junta de gobierno por retrasar la salida y evaluar la situación.
En el interior de la Iglesia de los Padres Escolapios, lugar habitual de inicio de la procesión, los cofrades se reunieron para celebrar un acto más íntimo en el que, entre gestos de desilusión, recordaron y rezaron los Siete Dolores de la Virgen. Aunque las imágenes no pudieron desfilar, la Hermandad destacó la importancia de mantener el recogimiento y la devoción que caracteriza a esta jornada.
Esta suspensión ha dejado un sabor agridulce en la comunidad, que esperaba con ansias uno de los momentos más representativos de la Semana Santa barbastrense. Sin embargo, la Hermandad subrayó que la seguridad de los participantes y el cuidado de las imágenes, atributos y la multitud de tambores y bombos que comprenden su sección de instrumentos deben ser siempre la prioridad.
La Procesión de los Siete Dolores es un acto de gran significado para la ciudad, y a pesar de las circunstancias, los cofrades confían en que el espíritu de devoción y tradición permanecerá intacto. Y es que la respuesta versátil también constata que es una Fiesta de Interés Turístico Nacional la barbastrense.
