El profesor del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza Alberto Quílez es uno de los diez candidatos finalistas al Premio al Mejor Docente Universitario de España, convocado por la plataforma pedagógica Educa y la Fundación Abanca.
Este docente de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, natural de Alcañiz y especializado en Neuropsicología, ya obtuvo, por un proyecto científico y de intervención educativa que coordina, el Premio a la Excelencia Educativa para Alumnado Superdotado y con Altas Capacidades -aspecto sobre el que investiga-, que recogió con su equipo en Madrid el pasado 22 de octubre. Ahora opta a los "premios Goya" de la enseñanza que se entregarán en La Coruña el próximo 4 de marzo de 2023.
Los Premios a los Mejores Docentes de España, que también reconocen a profesores y maestros de Educación Secundaria y Bachillerato, Formación Profesional, Educación Primaria, y Educación Infantil, seleccionan a sus candidatos a partir de las propuestas realizadas por el alumnado o por sus familiares.
En esta edición, correspondiente al año 2022, se han recibido, señalan los organizadores, 1.306 "nominaciones". Tras una primera baremación de sus méritos, atendiendo a los criterios fijados por un comité de expertos ajenos a las entidades convocantes, son 48 los aspirantes finales a estos galardones, entre las cinco modalidades convocadas.
El Campus oscense estuvo ya representado en la final de la edición de 2019 del Premio al Mejor Docente Universitario de España por el profesor de Educación Física José Antonio Julián. En ese mismo año la ganadora en esta especialidad fue la también profesora de la Universidad de Zaragoza Alejandra Cortés, del área Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, que había sido finalista en las ediciones de 2017 y 2018.
La universidad pública aragonesa es la tercera en el ránquin global por universidades en el conjunto de las seis ediciones, incluyendo la actual, que lleva este certamen. En ellas también han sido finalistas en distintas categorías otras docentes aragonesas como la barbastrense Silvia Román, del Colegio Público Rural Agrupado ‘El Trebol’, de Binaced, o Noelia Cebrián, del colegio para niños sordos la Purísima, de Zaragoza.
Este certamen, señalan los organizadores, pretende “dar voz al alumnado para que sea quien reconozca a las y los docentes que destacan por su buena práctica”.
CREATIVIDAD Y MARCA PERSONAL
Alberto Quílez Robres (Alcañiz, 1982) es doctor en Educación y graduado en Magisterio en Educación Primaria. Especializado en Neuropsicología y Educación imparte sus clases en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación del Campus de Huesca, en áreas relacionadas con la orientación, la tutoría y la evaluación de los grados de Magisterio en Educación Primaria e Infantil.
Además, es el coordinador del Plan de Orientación Universitaria en esta facultad y director del título propio de Experto Universitario en Altas Capacidades.
Sus líneas de investigación giran alrededor del estudio de las variables psicológicas y personales que influyen en el aprendizaje y sobre el rendimiento académico, el diagnóstico educativo y la inteligencia y las altas capacidades.
De su práctica educativa destaca el uso de metodologías diversas, como la gamificación -inspirada en los juegos y los videojuegos y con la motivación del alumnado como uno de sus ejes-, las píldoras formativas -grabaciones breves que sintetizan las ideas clave de cada tema, sirviendo de introducción y resumen y para abrir espacios de debate del alumnado- o el 'design thinking', o pensamiento de diseño -que aplicando métodos del diseño de productos a la resolución de problemas educativos, señala, permite identificar con mayor exactitud los problemas individuales de cada alumno y fomentar la creatividad y la innovación-.
La creación de mapas conceptuales temáticos y el desarrollo de rutinas, destrezas y habilidades de pensamiento completan sus pautas de un trabajo educativo en el que promueve la evaluación continua “como oportunidad de mejora tanto para el docente como para el alumnado”, y la participación del estudiante en decisiones sobre el diseño de actividades, lo cual, explica, contribuyen a la mejora del aprendizaje.
“Me gusta la creatividad y el desarrollo de la marca personal de mis estudiantes como motor de su progreso”, apunta Alberto Quilez.