Recuerdos a flor de piel en el 50 aniversario del colegio Santa Rosa de Huesca

El centro ha celebrado este sábado un encuentro con cerca de 700 personas

María José Sampietro
Filóloga y diseñadora gráfica
26 de Febrero de 2024
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El encuentro tuvo lugar en el colegio Santa Rosa de Huesca.
El encuentro tuvo lugar en el colegio Santa Rosa de Huesca.

Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como en la mañana se levanta el sol, tan cierto como que le hablo y me puede oír…..”

Recuerdos que se agolpan en mi mente al escuchar esta canción. Recuerdos del colegio Santa Rosa, recuerdos a mi infancia.

A las 10:00 horas de este sábado daba comienzo, en la parroquia de Santiago, los actos conmemorativos del 50 aniversario de las actuales instalaciones del colegio Santa Rosa de Huesca. El día elegido, 24 de febrero, coincide con el fallecimiento de la madre Ascensión Nicol y Goñi, fundadora de la congregación de las Misioneras Dominicas del Rosario. Religiosas, ‘madres’, como nosotras las llamábamos, que han formado una parte importantísima de nuestras vidas.

No sé si la parroquia, de grandes dimensiones, había estado tan llena alguna vez. Personas de todas las edades desde los 20 hasta los 89 años llenaban los bancos de la iglesia. Increíble. En la puerta más gente esperando a entrar.

El sacerdote Luis Guruchaga, profesor de Religión en el colegio Santa Ana, en el Coso Alto de Huesca y párroco de la iglesia de Santiago, ofició la Santa Misa. Una homilía cercana en la que aludió a la felicidad que todos íbamos a compartir ese día, un día de hermandad, compañerismo y también de nostalgia por los que ya no están entre nosotros.

La parte musical corrió a cargo del coro de Antiguas Alumnas de Santa Rosa. Nos deleitaron con las clásicas canciones religiosas que a mí, personalmente, me fascinan, seguida del ‘Coro de los esclavos judíos’ de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi, siguieron con la Jota Santa Rosa y terminaron con el himno del colegio que casi toda la parroquia cantamos al unísono. Mis felicitaciones porque lo hicieron muy bien.

Finalizada la misa, nos dirigimos al colegio donde nos esperaba un gran recibimiento con muchas sorpresas. Debido a la cantidad de gente que participamos, nos organizaron por promociones, según el año en el que habíamos terminado 8º de EGB.

Varias de las de mi promoción coincidimos en decir que Santa Rosa tiene un aroma especial, sobre todo el interior de sus clases. Un aroma, que no sabemos exactamente a qué, que nos retrotae a esos años de infantil y primaria. Con razón asegura la ciencia que el olfato está estrechamente relacionado con la memoria.

Los profesores nos hicieron una visita guiada por las instalaciones donde pudimos apreciar una preciosa exposición a lo largo de sus extensos pasillos, que nos hicieron recordar, de nuevo, alguna que otra travesura propia de la infancia. La muestra estaba compuesta por magníficas fotografías pasadas y presentes donde todas nos afanábamos en encontrar a alguna familiar, conocida o a nosotras mismas.

También pudimos observar, expuestos, diversos elementos del colegio, grabados en nuestra retina, que las madres dominicas han guardado con celo durante todos estos años. Encontramos muchas cosas cambiadas en el colegio, como es lógico después de tantos años pero, como todas dijimos, la esencia permanece.

Fotografías, encuentros, abrazos. Recuerdos para todas aquellas madres que nos habían dado clase y que ya no estaban entre nosotros. Sorpresivamente me encontré con la madre María Victoria, 84 años, única misionera dominica viva que ha pasado tanto por el colegio viejo de Santa Rosa como por el nuevo. Era cuidadora en infantil. La recuerdo perfectamente haciendo muñecos con el papel de los caramelos. Una dulzura.

En los ‘triángulos’, como así los llamábamos, nos obsequiaron con viandas variadas y bebidas. Como colofón hicieron un sorteo con muchos regalos cedidos tanto por particulares como por empresas de Huesca. A la entrada nos habían regalado un llavero con el número 50 por el aniversario del colegio. Detalles cuidados al máximo.

Quisieron homenajear a la alumna de más edad que en ese momento estaba presente, ya que aguantó todo el encuentro hasta el final, María Teresa Ballabriga, que recibió un ramo de flores y una caja de pastas. "¡A por otros 50 años”!, dijo, con una emoción contenida.

Decir que previo al sorteo también acudieron antiguas alumnas de más edad, entre ellas Cleofé Pérez, que junto con sus hijas y nietas suman ya la tercera generación que estudia en el colegio Santa Rosa. Por diversos motivos no pudieron estar hasta el final.

Todo estuvo muy bien organizado por el colegio Santa Rosa-Altoaragón. Pueden estar orgullosos de haber podido celebrar este evento y haber reunido a tantos estudiantes, cerca de 700. Eso demuestra que el recuerdo que hemos tenido los antiguos alumnos del centro es maravilloso.

Como dijo Manuela de la Vega Llompart, ¡Qué felices éramos y no lo sabíamos!

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