La Residencia Avenida de Huesca ha celebrado 30 años ondeando la bandera de la “calidad, honradez y honestidad” que plantó Santiago Cosculluela el primer día que entró con su padre en el edificio tras su adquisición, el 5 de febrero de 1995. Este viernes, una gran fiesta en el Hotel Abba reunió a más de un centenar de personas y sirvió para homenajear a residentes, trabajadoras, familias y amigos.
“Una gran familia” fue la frase más utilizada para definir el grupo humano de la Residencia Avenida y se puso el acento en su trato centrado en la persona, a lo largo de un emotivo acto presidido por Santiago Cosculluela, con una importante representación institucional y guiado por el director de EL DIARIO DE HUESCA, Javier García Antón.
Entre los asistentes, la consejera de Bienestar Social y Familia, Carmen Susín, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, la directora general de Inclusión Social y Voluntariado, María Charte, el delegado territorial, Javier Betorz, la diputada de Servicios Sociales, Lola Ibort, la concejala de Acción Social, Marta Escartín, el director provincial del IASS, Carlos Oliván, y las ediles Susana Oliván y Concha Bailac. En la parte musical, actuó Sandra Lanuza.

El acto se inició con una proyección de imágenes en los que se reflejaron las múltiples actividades y celebraciones en la Residencia Avenida, para pasar a la introducción del acto que Javier García Antón consideró una parte de la “revolución de la ternura” que preconiza el Papa Francisco. “En estos días que he convivido un poco” con residentes y trabajadores de la residencia “he visto ternura a raudales, y se demuestra que para hacernos fuertes lo que tenemos que hacer es crear una montaña de ternura, que no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. El binomio del futuro de la humanidad es justicia y ternura”, citó.
Las primeras palabras del director de la Residencia Avenida fueron para sus padres, “que han sido la luz” de su vida en todo lo que ha hecho. “Todo lo que soy se lo debo a ellos, siempre me han ayudado y apoyado”, señaló con emoción. Uno de esos momentos de respaldo fue cuando decidió dejar la empresa de ambulancias y adquirir la Residencia Avenida. “Mi padre, con 80 años venía todos los días a ayudarme, siempre estaba pendiente de todo”, recordó.

El día de Santa Ágeda de hace 30 años fueron juntos a tomar posesión de la residencia. “Nos presentamos a las cinco personas que estaban trabajando, hoy tenemos 30. También es verdad que en ese momento había 28 personas y hoy estamos 40. Profesionales de enfermería, terapeuta, fisio, animadora sociocultural, todo el grupo de auxiliares, cocineras…”, refirió.
“Conocía ese centro y sabía lo que compraba. Una residencia muy vieja, que tenía que tirar para hacerla nueva. Y así lo hicimos. Tenía todo el proyecto en la cabeza y lo que hicimos fue seguir ese plan que tenía tres patas: ayuda a domicilio, centro de día y la residencia. Con esas tres patas y una bandera que no he dejado nunca de calidad, honestidad y honradez en todo lo que he hecho hemos llegado a los 30 años”, valoró.

Cosculluela citó otros proyectos que emprendió, como la obra de Sierra de Guara, la residencia de Sádaba y la del El Espinar, y algo de lo que se siente muy orgulloso, “la Asociación de Residencias Privadas de Aragón (Arade). “La creamos cuatro directores muy preocupados por el sector, porque queríamos mejorar y dignificar el trabajo de las residencias”, rememoró. En este punto valoró la contribución de la gerente de la entidad, Paquita Morata.
Santiago Cosculluela, quien abogó por la formación permanente, resumió el trabajo que se lleva a cabo en la residencia de atención centrada en la persona y la incorporación de las nuevas tecnologías con innovadores programas para contribuir al bienestar de los residentes.
El propietario del centro destacó la labor del “gran equipo” de la residencia, a quien agradeció su trabajo y también tuvo palabras de gratitud para los familiares de los residentes, para quienes el centro siempre está abierto, y los profesionales del Centro de Salud del Perpetuo Socorro.

“LA EXCELANCIA POR NORMA”
Lorena Orduna inauguró oficialmente el acto con unas cariñosas palabras para el director de la Residencia Avenida y su equipo, en las que valoró los 30 años de trabajo intenso, trayectoria profesional y empresarial. Recordó la pandemia que obligó a este sector a abordar situaciones límite. “Una época de máxima exigencia laboral, personal, emocional. Una época también de mucho dolor. Y de todo ello, habéis salido airosos, sabiendo establecer las bases para el presidente y el futuro con la máxima responsabilidad y con la excelencia como norma de actuación. Os felicito por todo ello y los animo a continuar en esta línea”, les transmitió.
“No encuentro trabajo más importante que el de cuidar a las personas más vulnerables”, continuó la alcaldesa, quien señaló que la “dignidad de toda persona es clave”. Orduna se refirió a los retos de las residencias y abogó por unir fuerzas con las administraciones para “poner todos nuestros recursos a disposición de quienes los necesitan”. En este sentido, ofreció la cooperación del Ayuntamiento de Huesca.

El acto incluyó una mesa redonda en la que participaron los doctores José Galindo, Javier Olivera, Mónica Pascual y Javier Moraleda, junto con Santiago Cosculluela. García Antón les pidió que expresaran su opinión de hacia dónde debía evolucionar la residencia. Javier Olivera destacó la importancia de otorgar mayor libertad a los residentes, subrayando que, al igual que en el ámbito médico, el respeto por la autonomía personal debe ser el eje central. Olivera propuso medidas como flexibilizar los horarios de comidas para evitar que las rutinas se impongan de forma rígida. A su juicio, las residencias deben adaptarse a las nuevas demandas de una sociedad cada vez más libre y participativa, permitiendo que los residentes decidan sobre aspectos fundamentales de su día a día.
Por su parte, Javier Moraleda planteó que uno de los mayores aciertos de la Residencia Avenida es su modelo de atención centrada en la persona. Según Moraleda, este enfoque debería "contagiarse" a otras residencias, promoviendo una atención más humana y cercana en todo el sector. Subrayó que este modelo se basa en una dedicación constante y una actitud atenta hacia las necesidades de cada persona.
Mónica Pascual aprovechó su intervención para expresar su gratitud hacia el equipo de la residencia. La doctora destacó el excelente trabajo realizado por el personal, especialmente en momentos complicados como el de la pandemia de covid-19, y señaló que su colaboración con el centro de salud ha facilitado enormemente la labor de los profesionales sanitarios. "Demostrasteis estar a la altura y sacasteis matrícula de honor", afirmó.
Por último, José Galindo subrayó la necesidad de que la residencia siga ofreciendo “la calidad y calidez” que la caracteriza. Recordó que Avenida fue pionera en incorporar profesionales como terapeutas ocupacionales o fisioterapeutas cuando apenas había en otras residencias y destacó el cambio de modelo que ha vivido el sector en los últimos años. Galindo hizo hincapié en que estos centros deben evolucionar al ritmo de la sociedad, adaptándose a una población mayor cada vez más exigente y reivindicativa.

HOMENAJES
Todos ellos fueron homenajeados en el transcurso de la celebración, en un acto de entrega de reconocimientos, que también recibió Santiago Cosculluela por sus 30 años de trayectoria. Subieron también al escenario en este homenaje la gerente de Arade, Paquita Morata, y Carmen Torrijos, directora de la residencia de Vilafranca de Ebro, de quien Cosculluela felicitó por su gran trabajo y transmitió la solidaridad de todos tras los malos momentos vividos. Cosculluela también agradeció su apoyo al fotógrafo Carlos Jalle y a Javier García Antón.
También se reconoció el trabajo de Nieves Sobella, esposa de Cosculluela, y, también especialmente, a Flor Baile, que acompaña a Cosculluela en la residencia desde su inicio.

Además, durante el acto, en nombre de los residentes tomó la palabra Mari Cruz Monzón para destacar que Avenida, “más que una resi es una casa familiar”. “Lo que más necesitamos es un buen trato y en esta resi nos lo dais”, apuntó. Mari Labarta recordó sus años de trabajadora en el centro, que dejó en ella “una huella imborrable”, donde descubrió su verdadera vovación y aprendió “el valor del cuidado y la dedicación a los demás”.
Labarta sigue vinculada al centro ahora como familiar de residente, su madre Mari Cruz. “No podemos estar mis hermanos y yo más agradecidos por el trato y el cariño con el que le cuidan”.
Finalmente, Almudena Pueyo habló del trabajo de las enfermeras de geriatría en el Hospital Provincial.
Con un divertido vídeo sobre los residentes y otras sorpresas se llegó al cierre del acto, a cargo de la consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, que puso en valor el trabajo incansable del sector sociosanitario, destacando la labor de profesionales como Santiago Cosculluela y su equipo, con tres décadas ofreciendo un trato “cercano, humanizado y centrado en el bienestar” de las personas mayores.

Carmen Susín destacó la importancia del modelo de atención centrado en la persona, que prioriza la autonomía y la dignidad de los residentes. "Los mejores cuidados son aquellos que respetan al máximo su personalidad, su libertad y sus capacidades", apuntó.
La consejera hizo hincapié en la necesidad de avanzar hacia una mejor coordinación entre la sanidad y los servicios sociales para ofrecer una atención más eficiente y ágil, y aseguró que, por primera vez, trabajadores del Servicio Aragonés de Salud y del Instituto Aragonés de Servicios Sociales están colaborando para alcanzar ese objetivo.
En esta línea, destacó la puesta en marcha de la historia social única, que permitirá a los profesionales reducir la burocracia y destinar más tiempo a la atención directa de los pacientes.
Además, Susín mencionó la incorporación de herramientas de inteligencia artificial para mejorar la planificación y la toma de decisiones. "La gestión de datos únicos nos permitirá trabajar con mayor solidez, planificar mejor las necesidades reales y futuras, y, por qué no, anticiparnos a situaciones gracias a la predicción", afirmó.
La intervención de Carmen Susín concluyó con un agradecimiento a todo el equipo de la Residencia Avenida. "Sois un ejemplo de buenas prácticas y de atención centrada en la persona, mucho antes de que se hablara de ello. Cada detalle, cada cuidado personalizado y cada gesto de cariño han hecho que muchos residentes encuentren en esta residencia un verdadero hogar".
Susín reconoció que aún queda trabajo por hacer, pero mostró su confianza en que, con la colaboración de todos, el sector sociosanitario seguirá avanzando hacia un modelo más humano, eficiente y tecnológico.
Todos los asistentes disfrutaron para finalizar de una cena de convivencia para celebrar la gran familia que ya suma 30 años de ternura.