"Te rogamos, Señor y Dios nuestro, que mires nuestros términos con ojos serenos y rostro alegre, que envíes sobre ellos su bendición para que el granizo no los afecte, la fuerza de la tempestad no los arrastre, la sequía no los debilite y las plagas no los dañen, ni el exceso de lluvia los malogre; sino que lleve esa madurez sus frutos íntegros y sean abundantes para nuestra utilidad. Por Jesucristo nuestro Señor".
El sacerdote Rodolfo Prieto, acompañado de su compañero Juan Carlos Barón, ha procedido a la tradicional Bendición de los Términos en esta Romería al Santuario de Loreto, en la que los representantes de las cofradias de Loreto, de San Lorenzo y del Santo Cristo de los Milagros y San Lorenzo han portado las reliquias de los santos Lorenzo y Orencio, en medio de una mañana desapacible sin embargo alumbrada por el fervor popular que ha llenado sobradamente el templo. Ha habido representantes de los barrios rurales y de los ayuntamientos de Alerre, Chimillas, Banastás y Yéqueda-Igriés, además de las mairalesas oscenses.
En cabeza del Cabildo Municipal, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, con un séquito de concejales de Partido Popular y Partido Socialista, que han irrumpido al ritmo de los timbales y la ancestral música de viento que han aportado una gran solemnidad al momento en el que los dos curas han pronunciado la bendición de los campos, como siempre ha sido hacia los cuatro puntos cardinales.
Una tradición que ha sido explicada en la liturgia posterior en la que han participado los priores de las cofradías de Loreto, Santiago Pardo, y San Lorenzo, Joaquín Almerge, y en la que Rodolfo Prieto ha recordado la leyenda y la fe en torno a las figuras de Orencio y Paciencia, padres de San Lorenzo y San Orencio, que supieron cultivar la tierra y las almas de sus hijos a los que encomendaron para una elevada educación.
Después de la Santa Misa, acompañada por el coro y posteriormente por el grupo Elenco Aragonés, se ha procedido al reparto de tortas y de huevos, otra costumbre de antaño que se perpetúa hasta este 1 de mayo de 2024. Una inyección de identidad y orgullo laurentinos.