Este 2025 es un año tan especial para Huesca y para su veneración a San Lorenzo que todo fluye con mayor facilidad. Incluso, frente a la desapacible edición anterior, ha acompañado el buen tiempo. Todavía con las remembranzas del 25 de abril en Roma, Danzantes y Banda de Música (y la asociación Cuna de San Lorenzo, claro) mediante, resplandecían los rostros. Una mañana multitudinaria, festiva y esperanzada.
En tal atmósfera se ha producido la Bendición de los Términos: "Te rogamos, Señor y Dios nuestro, que mires nuestros términos con ojos serenos y rostro alegre, que envíes sobre ellos su bendición para que el granizo no los afecte, la fuerza de la tempestad no los arrastre, la sequía no los debilite y las plagas no los dañen, ni el exceso de lluvia los malogre; sino que lleve esa madurez sus frutos íntegros y sean abundantes para nuestra utilidad. Por Jesucristo nuestro Señor".
El canónigo de la Catedral Rodolfo Prieto, acompañado de Juan Carlos Barón, deán de la Seo, ha oficiado tanto la liturgia como la previa solemnidad de la mano de las cofradias de Loreto, de San Lorenzo y del Santo Cristo de los Milagros y San Lorenzo, que han portado las reliquias de los santos Lorenzo y Orencio.
En representación del Cabildo Municipal, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, con concejales de Partido Popular, Partido Socialista y el no adscrito Antonio Laborda, sumados en el desfile al ritmo de los timbales
En la homilía cantada por el Coro Ars Musicae, Rodolfo Prieto ha apelado al valor de la celebración de la ciudad por los 1800 años del nacimiento de San Lorenzo y puesto en valor las figuras de Orencio y Paciencia, los admirables progenitores de los santos Lorenzo y Orencio a los que cultivaron con el amor como herramienta y los valores cristianos como motores. Alusiones al Jacobeo 2025 promovido por el Papa Francisco al que añoramos apenas diez días después desde su marcha a la casa del Señor y, como Peregrinos de Esperanza, deseosos de que las festividades en torno al mártir estén acompañados tanto por la devoción como por la voluntad de convertirlas en signo de trascendencia.
Tras la retirada de los timbales y el Cabildo Municipal a la explanada donde los miembros del Club Hípico Salas daban cuenta de un racial almuerzo, el conjunto de la feligresía ha disfrutado de la convivencia y de la tradición con el reparto por parte de las Mairalesas (han tenido que llegar a pie por un pequeño incidente en el angosto camino del autobús) de la tradicional torta y del huevo, símbolos del trabajo y la fertilidad de las tierras cultivadas por el ser humano. Mientras tanto, Roldán del Alto Aragón ha amenizado una mañana magnífica con jotas a canto puro.