El Club Rotary de Mérida presenta este viernes a la Fundación Valentia su proyecto de economía circular que utiliza el biomortero con residuos de corcho para material de jardinería, paisajístico, de decoración y artesanía que ya lleva más de tres años en marcha con Eco Innova Social y el Centro Especial de Empleo La Encina en la capital extremeña.
La relación incluso por lazos familiares con los rotarios de Huesca ha propiciado esta oportunidad que ha sido desvelada en la jornada de hoy, tras una visita al Ayuntamiento (donde el alcalde, Luis Felipe, les ha explicado el cuadro de la Campana de Casado del Alisal), a Ultramarinos La Confianza (que les ha seducido enormemente) y después de que ayer pudieran disfrutar de la conferencia "La abeja del futuro" del Catedrático de Producción Animal de la Universidad de Zaragoza, Jesús Yániz.
En la Comarca de La Hoya, con el presidente, Jesús Alfaro, de anfitrión, se ha producido una explicación del proyecto que surgió de la iniciativa de dos rotarios, Jordi Gruart y Antón Loredo, que han sido presentados por el presidente de los rotarios emeritenses, Manuel Manchado, quien ha recalcado que la aceptación por un club internacional que opera en 150 países no es tan sencillo. Y, sin embargo, desde Chicago se dio el plácet.
Como un poquito de erudición siempre contextualiza cualquier iniciativa, Jorge Gruart, empresario del sector del corcho en San Pedro de Alcántara, ha ofrecido la conferencia "Historia del sacacorchos, el mejor aliado del Vino". Ha recordado que el 80 % de la producción de corcho del mundo se concentra en España y Portugal, y de los dos países el 70 % es acaparado por Andalucía y Extremadura.
Ha recordado la historia de su familia, pionera en la producción de este material en Extremadura, para luego realizar un breve recorrido desde los egipcios y las ánforas romanas hasta que en 1795 Samuel Henshall inventara el sacacorchos. Tal fue su irrupción que fue adquiriendo distintas formas y constituía parte de la presunción de la alta nobleza. "Los llevaban las mujeres colgados al cuello". Sobre su eficacia, depende de factores como la forma del cuello de la botella, y es que el corcho es de los "pocos materiales que tienen memoria".
La inspiración llegó de un empresario catalán que se dedica a otras actividades como la fabricación de productos para jardinería con biomortero, o también de aislamiento de la uralita por sus efectos negativos por el amianto. "Viene la pandemia en 2019 y creamos una sociedad para garantizarle los residuos que él ya no encuentra por el declive de la industria catalana". Y en una charla en La Encina, con personas con discapacidad, una profesora dice que les puede interesar. "Dicen que ven una posibilidad de hacer esto. El día de la flor de pascua quieren que los chicos entreguen flores por todos los edificios oficiales. Y los rotarios financiamos la flor y se inicia una colaboración. Y dicen que le ven más recorrido, hablamos con todas las instituciones", incluido Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta. "Y se crea un Centro Especial de Empleo, es digno de admiración y ahí nos encontramos con el biomortero" para fabricar productos de jardinería y de corazón.
El mecanismo, que ha explicado con Delfi Castañé, es muy sencillo. Cuando de la cuña de madera se han desprendido los corchos que van a las botellas de vino, se realiza un conglomerado en el que se suman los polvos del corcho, un mortero convencional y los residuos de botellas de aceite. Ahí, de hecho, pueden brotar jardines verticales, y es que las "plantas suculentas" arraigan en las "aparas" (las listas del producto del alcornoque) para sostenerse con escasa agua.
Y ahí surge Antón Loredo, que plasma con el apoyo del Club Rotario el proyecto. "Y de hecho nos ha costado más convencer a los americanos de lo que era el alcornoque y el corcho que del proyecto en sí, que ya se ve que es importante".
"DAR DE SÍ ANTES DE PENSAR EN SÍ"
Antón Loredo, con lazos familiares en Huesca, estaba muy orgulloso por trasladar su proyecto a Valentia. "La posibilidad de ayudar está en el ADN del Club Rotario. Hay una máxima que es "dar de sí antes de pensar en sí"". Lo ha definido como un claro proyecto de economía circular que se encuadra tanto en la lucha por las enfermedades que caracteriza a la institución (el ejemplo preclaro es la polio).
"Conseguimos que ese residuo se convierta en economía" para realizar productos de jardinería, maceteros livianos y, de hecho, se contribuye a la formación de personas con dificultad de inclusión. Un proyecto que reúne 32.000 euros y que ayuda al desarrollo de la economía local, que mejora los procesos productivos con automatización y maquinaria para tener una mayor capacidad productiva. "De esa manera pueden contratar más psicólogos o psiquiatras que necesiten, y pueden acoger a más usuarios en el Centro Especial de Empleo". Todo con el respadlo de FEAFES Mérida y Eco Innova social.
Unos paradigmas y un modelo al que se invita este mediodía de viernes a la Fundación Valentia de Huesca. Un buen momento para arraigar el intercambio de efectos beneficiosos entre Mérida y Huesca. Que por algo tuvieron un común pasado glorioso romano.