Arcusa, Castellazo, Eripol, Almazorre, Lecina, Betorz, Bárcabo, Las Bellostas, Sarsa de Sursa, Hospitaled, Paúles, El Coscollar y Santa María de la Nuez. Son los trece pueblos que acuden a Santa María de la Nuez en romería en la Pascua de Pentecostés en la que se conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, y que en este caso se nutre de devoción mariana. Las crónicas dicen que hasta el siglo XIX también acudían desde Olsón.
Las decenas de asistentes desde estos pequeños pueblos, o desde ciudades atendiendo a la llamada de sus raíces, han disfrutado este domingo de una jornada fantástica. Fecha electoral pero, en torno a Santa María de la Nuez, había más de convivencia que de confrontación, más de llamada a la intimidad de las creencias que a la exteriorización de las divergencias. Por eso se congregaron tras la bandera de España y las cruces de los trece términos, y fueron caminando, entre conversaciones en tono bajo y canciones litúrgicas, hasta el templo donde se alzó poderosa del cura Cabrero, que es otro icono.
Es muy hermoso el conjunto monumental del término de Bárcabo, en su exterior llamativo aunque austero, en el interior cubierto con bóveda de cañón y cabecera cuadrada, con sus arcos florales, los motivos vegetales y representaciones de la Coronación de la Virgen y de los cuatro evangelistas.
En este entorno, el sacerdote legendario alzó su voz para predicar y para cantar incluso jotas, y luego se llenó todo de bendición de tortas, de buenos tragos de vino, de muchas fotografías y los mejores deseos. E incluso hubo tiempo para los incidentes, como la avería del dron de Ignacio. Y en un ser tan trascendente, eso es una superficialidad sin importancia. Un pequeño sobresalto comentado en los trece pueblos de una de las áreas más bellas de la provincia de Huesca. Abandonada por la vista de los demás pero llena de vida por las voluntades propias. El año que viene, más romería, más convivencia.