Valentia ha presentado oficialmente un ambicioso proyecto de accesibilidad destinado a hacer sus centros más acogedores, comprensibles y cercanos a las personas. Esta iniciativa, que busca transformar los entornos donde se vive, se trabaja y se comparte tiempo, parte de una convicción clara: los espacios influyen directamente en cómo nos sentimos. El primer gran paso se ha materializado con la inauguración de la nueva señalética exterior del Centro Manuel Artero de Huesca.
“Para cuidar bien a las personas, es esencial cuidar también los espacios. Los lugares donde se desarrolla el día a día deben ser accesibles, comprensibles y acogedores para todas las personas”, ha explicado María Castarlenas, nueva directora del Centro Manuel Artero.
Durante más de un año, el equipo de accesibilidad de Valentia, formado por validadores y dinamizadores de los centros de Monzón, Martillué y Huesca —personas con y sin discapacidad intelectual—, ha trabajado para ofrecer soluciones adaptadas a cada entorno. Como destacan Conchita Borderías y Elisa Royo, el proceso se ha desarrollado en distintas fases con un objetivo común: que las soluciones sean propuestas y validadas por personas con discapacidad, garantizando así espacios realmente inclusivos.
En una primera etapa, se han analizado las necesidades de cada centro, valorando aspectos como la orientación, la visibilidad de la señalética o la identificación de zonas clave. Posteriormente, se ha llevado a cabo un pilotaje en el Centro Comarcal del Sobrarbe, en Boltaña, con señalización clara basada en pictogramas y cartelería adaptada según las normas UNE, validadas por el propio equipo.
PRIMER GRAN DESPLIEGUE
La implantación de la señalética en el Centro Manuel Artero de Huesca ha supuesto un avance decisivo en la línea de crear entornos accesibles y humanizados. En la entrada principal se ha colocado un directorio que facilita la orientación dentro del centro y se han instalado rótulos identificativos en las entradas de cada edificio. Además, se ha iniciado la transformación de los espacios interiores —zonas de trabajo, comedores, salas comunes y pasillos— para que resulten más cómodos, agradables y adaptados a quienes los utilizan cada día.
El resultado ha sido fruto de un esfuerzo colectivo en el que han participado el Taller de Oficios de Valentia, responsable de las estructuras de madera; el equipo de diseño de Valentia Cuenta, el propio equipo de accesibilidad y la empresa Buenaventura, encargada de la impresión de los paneles.
“Ha sido un proceso laborioso, de muchos meses de trabajo que no siempre se ve, pero que hace la vida más fácil a todas las personas. Eso es la accesibilidad”, ha afirmado Conchita Borderías, técnica de accesibilidad.