La Catedral de Huesca se ha revestido de solemnidad en la misa exequial por el Papa Francisco, oficiada por el administrador apostólico de la Diócesis, Vicente Jiménez Zamora, con 25 sacerdotes en la celebración. Este mediodía, había pronunciado también el funeral en la Catedral de Jaca.
El administrador apostólico ha recordado que el Papa "entregaba su vida a Dios nuestro Señor", acompañado de "la oración y el cariño de toda la iglesia, y del respeto y admiración del mundo entero. Realizaba su último y definitivo viaje para llegar a la meta de la casa del padre y celebrar la pascua eterna en la gloria del cielo".
Ha remembrado que la Diócesis de Huesca, durante los días pascuales, se ha unido a toda la iglesia en esa "sinfonía coral de oración, dolor y esperanza pidiendo por nuestro querido Papa Francisco para él la luz eterna que no conoce ocaso". Y la esperanza de que Dios haya acogido a "su siervo fiel en la asamblea festiva de la virgen, los ángeles y los santos del cielo".
En la apertura de "horizontes de eternidad y trascendencia", hay acontecimientos especiales como la muerte del Papa Francisco. "Creo que la mejor forma de hablar de su muerte es aprender la lección de su vida y poner en práctica el rico legado que nos deja como testamento". "Hoy agradecemos a Dios el extraordinario don y regalo de su persona y de su ministerio".
Ha recordado su elección tras la renuncia de Benedicto XVI el 13 de 2013, así como su nombre de Francisco para inspirarse en el santo de Asís para ocuparse de los más pobres de la tierra. Se presentó con estas palabras en aquella tarde romana: "Hermanos y hermanas, buenas tardes. Y, ahora, comencemos ese camino, obispo y pueblo, ese camino de la Iglesia de Roma, un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Y, tras inclinar la cabeza, dijo: Les pido que recen al señor para que me bendiga". Comenzó oficialmente el 19 de marzo el ministerio de sucesor de Pedro.
Tras aludir a su última bendición Urbi et Orbi el 20 de abril, ha sostenido monseñor Jiménez Zamora que "su vida y ministerio han sido el camino de servicio al Señor, a su Iglesia y al mundo entero desde la entrega hasta el último día de su vida" terrenal. "Como un buen pastor, amó a sus ovejas hasta dar por ellas su propia vida. Ha sido un pastor bueno en medio de su pueblo con el corazón abierto a todos. El papa de la misericordia con los pobres, en la sinodalidad para la comunión, la participación y la misión. El papa del diálogo ecuménico e interreligioso. El papa del amor tierno a la Virgen". como constata que haya elegido descansar en la capilla de Santa María la Mayor, la basílica más española de todas las de la capital italiana.
LA CONCIENCIA DEL MUNDO
Ha agregado que, en sus exhortaciones apostólicas y encíclicas, "ha hablado teologalmente de Dios, testimonialmente de Cristo como hermano mayor de la iglesia, y con honda sabiduría y contrastada experiencia del hombre. Ha sido la conciencia del mundo, el líder moral de la humanidad y el gran testigo del Evangelio, de la misericordia, de la alegría y la esperanza de Cristo, especialmente con la convocatoria del último Jubileo que estamos celebrando con el lema Peregrinos de Esperanza".
Ha aludido que, ante la muerte del papa, la Iglesia está obligada a enviar el Evangelio y la palabra de Cristo a todos los pueblos y naciones, como ha hecho el Papa Francisco con su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, "La alegría del Evangelio". Además de las obras de caridad y misericordia para hacer visible el amor de Dios, debe anunciar con alegría "el gran misterio de la salvación de Dios, a través de su vida, del sufrimiento, de la persecución, de la muerte y de la resurrección". La historia de Jesús ha de ser proclamada y celebrada, ha añadido, pese a la persecución como los primeros cristianos y los mártires como "nuestro San Lorenzo y San Vicente".
Francisco, como Jorge Mario Bergoglio, como Simón Pedro, "muere como todo hombre mortal" y “es siempre Pedro quien vive en él; es Pedro quien dirige y gobierna; es Pedro, sobre todo, quien enseña y difunde por el mundo la luz de la verdad salvadora”. Por su edad, Vicente Jiménez ha conocido a Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, “y lo será el próximo papa elegido”, un nuevo papa “según el corazón de Dios, como lo ha sido el papa Francisco y los grandes pontífices de los siglos XX y XXI”.
Ha mostrado su convicción de que Jesucristo no abandonará nunca a la Iglesia, "seguirá pastoreando al pueblo de Dios a través de un nuevo pastor" dentro de breves días. "Un nuevo Papa según el corazón de Dios, como lo ha sido el Papa Francisco y los papas de los siglos XX y XXI".
Emocionadamente, se ha despedido del Papa Francisco: “Descanse en paz nuestro querido papa Francisco. Que este siervo bueno y fiel entre a disfrutar del gozo de su Señor y celebre en la gloria la Pascua eterna”.
Se rezaba un responso y los asistentes han podido firmar en el libro de condolencias dispuesto a tal efecto, que estará disponible a partir de este martes en el Obispado de Huesca para todos los fieles que deseen expresar sus condolencias.