Una de las tradiciones orales más singulares y entrañables que conserva la localidad monegrina de Alcubierre es "La Vieja Remolona", que se celebra siempre el tercer miércoles de cuaresma y así se ha vuelto a repetir esta mañana.
Los preparativos, sin embargo, se iniciaron la víspera. Elaborar el muñeco es una labor que lleva su ritual. Se toma una escoba como tronco principal y se añaden trapos, lana u otros tejidos para dar la forma del cuerpo. Se forma la cabeza, que se puede cubrir con una peluca, y se pinta el rostro o se cubre con una careta. Después, la Vieja Remolona se engalana con un mantón, un bolso y alegre bisutería.
A la mañana siguiente, ya este miércoles, el alumnado de la escuela sale en cuadrilla a pedir por las casas. Eran las 10:00, aproximadamente.
Se repartían unas canastas con paja para llevar, puerta por puerta, los huevos, los espedos, una caja para el dinero que reciben de propina y, por su puesto, a la “Vieja Remolona”.
Esta fiesta data de finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Nació con connotaciones religiosas, aunque ahora forma parte del acervo cultural del municipio.
Fue promovida por una comunidad de Franciscanos de la Ermita de San Diego del Calvario, con el fin de hacer más llevaderos los sacrificios de la cuaresma y se realizaba una cuestación por las casas.
El concejal de Cultura, Alberto Lasheras, observa que “para un pueblo es importante conservar, potenciar y transmitir las costumbres y las tradiciones porque forman la expresión autentica de su identidad cultural”.