Con una mirada al cielo por el Papa Francisco y por los danzantes que partieron de este mundo -Fernando Esperanza, el último, en la memoria-, brazaletes negros y ese sentimiento de contraste entre el luto que vive el mundo y el ensalzamiento de la figura de San Lorenzo, los Danzantes de Huesca han arrancado sus dances a las 9:15 horas de esta mañana después de unas jornadas de pasión, de abatimiento por momentos y de júbilo en el momento en el que se conoció la decisión de Roma 2 de permitirles cumplir su cometido de honrar en la Ciudad Eterna al patrón en el 1800 aniversario de su nacimiento.
Fuera los nervios, exultantes los corazones, los Danzantes se han lanzado con el escaso tiempo contemplado (veinte minutos) a convertir el dance en oración bajo los sones de la Banda de Música de Huesca y entre la expectación de oscenses desplazados a Roma y visitantes estos días de todo el mundo que se suman a los italianos en el dolor y esperanza tras la muerte de Francisco I. Ha sido una actuación breve, contenida, con reapariciones como la de Jesús Esperanza en homenaje a su hermano
Entre los espectadores, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, junto a varios concejales de los tres grupos, la presidenta de Roma II, Francesca del Bello, junto a muchísimas familias de Danzantes, los Esperanza al completo. Toda la representación también de la Asociación Cuna de San Lorenzo presidida por Javier Monsón.
Al arranque dispuesto por Francisco San Emeterio, el mayoral, han resonado de manera maravillosa los palos viejos con música de Valentín Gardeta en medio de un entusiasmo contenido en primer lugar y, a continuación, se ha dado paso al vals de las cintas bajo los sones compuestos por Emilio Gutiérrez.
La tercera pieza ha sonado distinta, y es que los palos nuevos han acompañado los sones del Dance de Espadas que es santo y seña que mueve los corazones de los oscenses.
Como conclusión para atenerse al tiempo especificado, el Degollau para el que sí han utilizado las espadas -no puede ser de otra manera, para bailar al son de Francisco Román.
El colofón ha sido emotivo con el recuerdo a Fernando Esperanza al imponer a su viuda, Fina Mateos, el pañuelo verde en recuerdo del gran danzante, y otro a los hijos de Mariano Claver, Javier y Ana, quien también fuera danzante y gran guardián del Santuario de Salas y de la Huerta.
Jorge Escario, presidente de la Agrupación de Danzantes, ha regalado también un pañuelo verde a la presidenta de Roma II, Francesca del Bello.
Faltaba la explosión final del Dance de Espadas con los propios sables en versión abreviada de la composición de Valentín Gardetapara atenerse al tiempo.
Cuarenta años después, los Danzantes lo han vuelto a hacer, han emocionado, han convertido el dance en oración a San Lorenzo y han incorporado en sus plegarias al Papa Francisco. Doble misión cumplida.
UN MOMENTO MUY ESPECIAL
La alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, ha afirmado que ha sido "un momento muy especial porque ayer era que no, porque había fallecido el Santo Padre y era que no por motivos de luto, pero finalmente la relación entre las personas y los empeños, ha sido insistir un poco como buena aragonesa y oscense que soy, y hemos hecho historia otra vez".