El 21 de julio, día 2 de EL DIARIO DE HUESCA, nos hacíamos eco de una circunstancia para algunos curiosa, para otros enojosa, para no pocos inquietante: en la torre de la Catedral de San Vicente mártir de Roda de Isábena había crecido una higuera. Si el ser humano quiere compañía, el mundo vegetal también encuentra congéneres en su existencia.
Los visitantes de la hermosa localidad ribagorzana, a la espera de que alguien tome una decisión de actuar frente al crecimiento del árbol que compromete la seguridad de un elemento tan importante de la seo de Roda de Isábena, han constatado que al lado del ya veterano ejemplar empieza a brotar otro. No creen que sea un signo del vergel que brota en los predios celestiales, sino simplemente un cierto riesgo para la torre de la catedral que todavía no se ha afrontado. Y es que la integridad de esta hermosa construcción se aprecia mejor sin interferencias vegetales.
Las fuentes siguen esperando, más de nueves meses después, que el cómputo de las instancias municipales y particulares llegue a un acuerdo con el Obispado de Barbastro-Monzón para atajar cualquier problema de futuro mediante la extracción de esta presencia. Aquí, sobre la tierra, tiene un buen aposento.
Este Monumento Nacional en la localidad española más pequeña con sede catedralicia, es visitado por miles de turistas cada año. El románico del templo atrae por su autenticidad y valor arquitectónico y artístico, elevado como fue en los siglos XI y XII y poseriormente reformado seis siglos después en que se habilitaron el pórtico sur y la propia torre.
Fuentes municipales aseguran que están en contacto con el Obispado y que esperan que se pongan cartas sobre el asunto para resolver la extraña presencia vegetal que evite cualquier tipo de contingencia peligrosa.