El parque de la Gabarda, en la localidad de Alberuela de Tubo, un entorno sorprendente en un espacio diferente

Una de las actividades más destacadas son las tirolinas

DH
05 de Agosto de 2022
Guardar
Activdad de las tirolinas en la Gabarda.
Activdad de las tirolinas en la Gabarda.

Situado en la localidad de Alberuela del Tubo, ofrece desde hace casi dos décadas diversas opciones a las personas que lo visitan, ya que es a la vez un espacio arqueológico, geológico, guarda una gran riqueza natural y dispone de una zona de atracciones y actividades lúdicas.

La Gabarda desde que abrió sus puertas al público el 5 de abril de 2003, por un lado, se desarrollan las actividades arqueológicas, que desde 1985 han sacado a la luz varios restos romanos, asentamientos visigodos y fortalezas árabes. De hecho, esta es la zona de la Comarca de Los Monegros, donde mayor presencia musulmana se ha encontrado. Por otro lado, el paisaje en el que se encuentra el parque está caracterizado por los torrollones de Gabarda, unas elevaciones rocosas curtidas durante siglos por la erosión. El Rincón del Olivo es uno de estos lugares escondidos entre grandes bloques de piedra que guarda un encanto especial, así como unas vistas espectaculares.

De la mano del socio de la empresa que gestiona Gabarda Aventura, Javier Repollés, geógrafo de profesión y director de actividades de tiempo libre, explica algunas de las actividades de ocio que ofrece este parque, “contamos con 3 circuitos de diferentes niveles, para edades desde los 3 años, torneo de tiro con arco, campos de batalla de paintball (para mayores de 14 años) y paintball puntería desde los 6 años, juego de Escape al aire libre (novedad 2022), gymkanas, juegos de orientación, piscina, cafetería, servicio de restauración…”.

Asimismo, cada temporada desarrollan alguna novedad, “ahora hemos puesto un juego de Escape Room pero al aire libre para edades a partir de 12 años, que funciona muy bien tanto en chavales como en adultos. Hay sido un éxito en las actividades escolares con secundaria y bachillerato, y más de un grupo de adultos ha sido incapaz de salir en el tiempo estipulado. Obliga a fijarse mucho y darle muchas vueltas a la cabeza para resolver cada uno de los acertijos”, dice Repollés, destacando que la actividad estrella sigue siendo, “las tirolinas sin duda alguna. Es lo que todo el mundo que viene quiere hacer”.

Un día normal en Gabarda empieza en torno a una hora antes de la llegada del grupo (colegios, grupos de excursionistas). Se preparan las actividades reservadas, los espacios de mesas y sillas para cada grupo, se controlan los niveles de la piscina, se termina de colocar algún producto en cafetería si es necesario, “y tras ello, tomamos un café y hacemos la explicación de la función de cada monitor. Tras la llegada de los grupos, se les recibe, se les asigna un monitor tutor y comenzamos con las rotaciones por las diferentes actividades”, una vez se han marchado los grupos, toca recoger, limpiar y preparar el día siguiente en todo aquello que podamos adelantar, así como llenar cámaras frigoríficas.

Para Javier Repollés sería un sueño poder construir un albergue en el parque que diera servicio todo el año

Para Repollés lo que más le atrae de esta labor es, “trabajar al aire libre y el trabajar para que todo el que venga pase el mejor día posible. Es súper divertido trabajar aquí, los monitores solemos acabar rendidos pero comentando lo bien que lo hemos pasado. Nos gusta dar y coger confianza con los visitantes y reírnos con ellos, hacer que sea el día más divertido posible para todos”, manifiesta, puesto que cada día se presenta un nuevo reto, “cada grupo es diferente y cada día es una aventura diferente. Evidentemente los días en los que nos visitan varios centros escolares y se forman 8-10 grupos para trabajar son un reto, al organizar todo para que todo salga bien, no haya solapes de actividades y todo salga rodado”.

Una forma de dar a conocer el parque y sobre todo de que vuelvan, “hemos conseguido que cada vez se nos conozca más y nuestro objetivo es que cada visitante, cuando se marche, considere nuestro parque como un lugar al que regresar”, señala el gestor de Gabarda considerando que, “el trato al cliente sin duda alguna y ser muy responsables y atentos con cada cosa que hacemos. En eso, tener un equipo impresionante es la clave. Tenemos un muy buen equipo y muestra de ello son los comentarios que los visitantes nos dejan en Google. Da gusto así”.

Equipo de la Gabarda
Equipo Gabarda

Asimismo, detalla la importancia que desarrollan en referencia al mantenimiento y respeto a la naturaleza, “precisamente el pasado otoño se desmontó los circuitos situados sobre árboles, cambiando todas las piezas de madera y ajustándolas al grosor de los pinos. Los pinos van poco a poco creciendo, y si no hacemos este tipo de labores, corremos el riesgo de que queden “estrangulados” por las sirgas y plataformas de madera. Además se hacen tratamientos para evitar la procesionaria, que afecta a los pinos y a las personas en los meses de febrero y marzo”, porque es en otoño e invierno cuando se dedican  a los mantenimientos de la instalación, “hay gente que piensa que sólo trabajamos en primavera y verano, pero en otoño e invierno nos dedicamos a los mantenimientos de la instalación. Arreglos de circuitos, campos de arco o paintball, piscina, pintura, cartería, lijado y barnizado de casetas e infraestructuras, corte de ramas secas de las árboles… y ya que estamos, si viene alguien o nos llaman, les atendemos (cafetería o actividades)”.

Como perspectiva de futuro, a Repollés le gustaría ampliar el periodo de trabajo durante el año, “rompiendo de alguna forma la temporalidad tan marcada. Para ello mi sueño sería poder construir aquí un albergue, que diera servicio todo el año y que nos permitiera organizar actividades de varios días. Es algo que detectamos que tiene mucha demanda, sobre todo entre los centros escolares y grupos”, concluye.

Archivado en

Suscríbete a Diario de Huesca
Suscríbete a Diario de Huesca
Apoya el periodismo independiente de tu provincia, suscríbete al Club del amigo militante