"Tormos al Atardecer" inicia el sábado su tercera edición de un programa turístico muy especial en torno a La Cultural y al embalse, dos espacios que, casi centenarios, consiguen un efecto mágico que propicia que los asistentes durante los sábados sucesivos sientan "la felicidad que se huele" y que "hace hablar al silencio", como ha deslizado Pablo Vallés, responsable de Huesca Naturaleza que ha presentado, con Carmen Herranz, teniente de alcalde de Alcalá de Gurrea, y Lola Ibort, diputada provincial, esta cita con el patrimonio, la naturaleza y el turismo.
Precisamente, la diputada Ibort ha explicado la oportunidad que constituye disfrutar de atractivos como los atardeceres de Tormos, "un altavoz perfecto para estos lugares especiales y para unas actividades únicas". Un escenario "con historia, con cultura y con medio ambiente" por la confluencia del embalse y la colonia de Tormos. Un impulso de la economía local y un esfuerzo para la desestacionalización turística". Ha cuantificado en 42 días y 1.200 participantes las ediciones celebradas hasta ahora.
Carmen Herranz, por su parte, ha expresado que el Ayuntamiento de Alcalá de Gurrea "está orgulloso por la participación, porque ha tenido una aceptación increíble. Reconocer a las personas que han trabajado a lo largo de su historia en Tormos nos motiva y trabajamos para mantenerlos en la memoria y en el presente". Ha remembrado las dos mil personas que trabajaron en la construcción del embalse y la vida en La Cultural, que ha sido escenario de multitud de actividades como las representaciones teatrales. Y ha concluido que, para mantener este impulso, necesitan "del apoyo de las instituciones".
PABLO VALLÉS: UN AUTÉNTICO LUJO
Para Pablo Vallés, naturalista, divulgador, escritor y con alma lírica en su conexión con el hábitat, lo importante es lo construido durante tres años en que se ha conseguido que el turismo se desestacionalice gracias a un espacio extraordinario. "Lo de menos son las cifras. Lo importante es la satisfacción que deja para el recuerdo de los que hacen la visita".
Un programa que se sustenta en tres patas. La primera, la construcción de un "embalse único en el mundo en su estilo. En segundo, la historia de una sociedad que es compleja y singular. Y, tercero, los atardeceres que en invierno ganan en encanto. Para Huesca Naturaleza, es un auténtico lujo". Expresa la peculiaridad Pablo Vallés por cuanto "no necesita inversión y tiene lo que no tiene nadie. Lo más importante es la historia. Cuando vengáis, vais a oler la felicidad que se siente y huele. Se oye el silencio, porque se consigue hacer hablar al silencio".
La actividad, desde este 1 de noviembre, se iniciará todos los sábados a las 16 horas y concluye cuando anochece, dos horas de extraordinaria intensidad. Cuando avanza el calendario y se da la vuelta al 2026, al llegar marzo se amplía el tiempo hábil de Tormos al Atardecer y la visita se enriquece con las casas cueva en Alcalá, que precisamente fueron habitadas en tiempos de la construcción del pantano.
En la visita a La Cultural de Tormos, se entiende la historia. La razón de que no se hubiera hecho un embalse tan grande, el regeneracionismo de Joaquín Costa o las raíces de Riegos del Alto Aragón, incluso se remonta a la época musulmana para entender esa lámina de agua, y también se narran aquellos años en que los trabajadores de la obra iban andando desde Almudévar o desde Linás de Marcuello en bicicleta.
Otra especificidad: "El atardecer se enciende solo. Todos son distintos y bellos". Y todos son accesibles porque el esfuerzo del ayuntamiento de Alcalá de Gurrea explica la gratuidad de una actividad con un magnetismo que arranca desde el cielo y se incrusta en las sensaciones a pie raso.