La jota demanda su declaración de Bien Patrimonio de la Humanidad. Es un bien intangible e inmemorial, nos define, nos identifica, nos da valor porque la anclamos en la tradición y en la costumbre.
La jota viene desde tiempos inmemoriales, desde la época de los reyes y de los vasallos que disfrutaban de la bravura de los mejores cantadores y bailadores. Hoy, es elemento de unión y de diversidad, una virtud que enriquece la convivencia entre las personas.