Romería de Salas y de la Huerta, la mano extendida para repartir tortas y para pedir inversiones

El prior, Mariano Claver, ha expuesto las necesidades económicas en un día de alegría por el retorno tras tres años

04 de Septiembre de 2022
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La Romería de Salas y de la Huerta ha retornado tres años después.

Hoy no es un día cualquiera y de par de mañana se ha notado en el Santuario de Salas y de la Huerta. Tres años después de la última romería, pandemia como causa, los feligreses de Huesca han acudido en buen número mucho antes para abonar los recibos de cofrades, para coger las tortas correspondientes, para adquirir lotería y también para aportar sus donativos. Aquí se extiende la mano para repartir tortas -en sentido estricto-, pero también se vuelve para pedir la atención a un monumento declarado nacional hace 71 años, porque con sus siete siglos de antigüedad demanda mantenimiento y atención de un patrimonio de todos los oscenses y de todos los españoles.

En las puertas del templo, muchísimos saludos extensivos al prior, Mariano Claver, espíritu de superación vivo después de someter su carácter a una enfermedad severa que no ha mermado su voluntad. Ha utilizado la silla de ruedas que le acompaña en su periodo de rehabilitación primero para apoyarse, después para empujarla, para alegría de todos. Los bancos llenos han escuchado a don Nicolás López Congosto, vicario general de la Diócesis, jubiloso por el retorno y contento por poder glosar la presencia de la Virgen en cada episodio de la vida de Jesucristo y en la nuestra. Y una reivindicación: no hagamos pactos con la mediocridad porque el Señor nos pide que pactemos con él. En la hora de pasar el cepillo, el sacerdote ha anunciado que la recaudación irá a parar a las obras en Salas.

El reparto de tortas ha variado su itinerario habitual porque las obras en las fachadas Sur y Este han impedido el tránsito para salir por detrás, o sea que la zona de entrega del sencillo manjar ha sido en la puerta principal. Mientras los cofrades salían dispuestos a escuchar las evoluciones de los bailadores, cantadores y rondalla de Elenco Aragonés, las autoridades (Ramón Lasaosa y Ana Loriente por el PSOE, Gema Allué y José Miguel Veintemilla por el PP, José Luis Cadena por Ciudadanos y Antonio Laborda por Vox) pasaban unos minutos a disfrutar de la torta y Mariano Claver atendía a EL DIARIO DE HUESCA. Ha recordado el proyecto de abril del Obispado como consecuencia de unas goteras en la sacristía. Las reparaciones eran urgentes y se actúa en la fachada oeste en el tejado de la sacristía, para comprobar si hay desperfectos, retirar lo dañado y cambiar por bueno. También ha habido que reconstruir la aspillera, con piedras sueltas, y las jambas de la ventana de la sacristía.

Mariano es memoria larga y vida de la evolución de un santuario "que ya tiene sus achaques, envejece". Recuerda que en 2005 la fachada sur se arregló con dinero del Gobierno de Aragón, pero un contrafuerte ha reventado y se está reponiendo. Al final, todos los trabajos van a superar los treinta mil euros y el compromiso con el Obispado es la aportación de la Cofradía de 15.000 euros. En 2008, también hubo una reforma interior por 84.000 euros en la que el Ayuntamiento estuvo muy solícito.

El prior revela las continuas inversiones para mantener el estado del monumento. Los últimos meses no han podido contar con él mismo, Mariano, subiéndose por el tejado para comprobar la situación. Antes, se ha obrado en el porche con el Obispado, en dos fases que han costado 31.800 euros, 9.000 de ellos de la cofradía, pero las necesidades apremian para un gasto similar.

Este templo, que es de todos, difícilmente puede ser sostenido por la voluntad de los cofrades (más de 1.200). "En cada fiesta se recaudan unos 4.000 euros, pero quedan unos 1.300 después de todos los gastos. Y en lotería el año pasado unos 1.800. Sólo en seguridad y en luz, se van más de seiscientos euros".

El esfuerzo de la Cofradía con sus escuetos recursos ha sido ímprobo. Muchos de los cuadros han sido restaurados con su titánico trabajo. Ahora mismo, quizás o sin quizás, habría que concebir "un plan director en el que interviniera Patrimonio. Desde 1995, se han invertido más de cien mil euros. Y para comprobar el estado de la techumbre, que presumiblemente tendrá zonas delicadas, y arreglar todo como merece un santuario de esta importancia histórica harían falta no menos de doscientos mil euros".

 

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