Las aguas del Guatizalema llegan exiguas a Vadiello y el embalse, a estas alturas, se sitúa en apenas 3,689 hectómetros cúbicos de los 15,514 del volumen total. Un 23,78 %, que es realmente un porcentaje escasísimo. A 1 de agosto, era de 4,519, esto es, casi un hectómetro cúbico ha caído. Es un pequeño pantano agradecido, porque las lluvias prelaurentinas del 7 de agosto (de la misma tormenta que por otro lado provocó el fugaz incendio) aliviaron el problema que se avecinaba, pero el empecinamiento en la carencia de precipitaciones ha vuelto a poner por debajo de los cuatro hectómetros cúbicos el nivel y el caudal ecológico empieza a verse comprometido con lo que significa de irregularidades en la presión del servicio.
En la zona, beben de Vadiello las comunidades de Antillón y del mismo nombre que el pantano, y hasta ahora no han padecido dificultades serias salvo el abastecimiento imprescindible a Blecua en contenedores. Mientras, en los núcleos más altos los vecinos están en prevengan, el caso de Sipán, Los Molinos, Loscertales o Coscullano, allí donde cuesta más surtir el agua. El Ayuntamiento de Loporzano se muestra temeroso por los problemas de presión allí donde el agua no se abastece por gravedad.
También Huesca se nutre principalmente de Vadiello, aunque desde la crisis por la sequía del año 2015 tiene solucionado en parte su suministro a través de Valdabra, además de los manantiales de Fuenmayor y las Paulesas.
En algunos de los pueblos del entorno, los depósitos son insuficientes o se encuentran en un estado deficiente por su antigüedad. Paradójicamente, en la provincia de los grandes caudales las dificultades en la disponibilidad del agua se suceden en distintas latitudes, y abundan las carencias (un oxímoron que ilustra muy bien la paradoja) que comprometen no sólo el suministro de boca sino también industrias e instalaciones. En el caso de Loporzano, por la propia idiosincrasia del equipo de gobierno de su ayuntamiento, alertan contra las granjas de porcino. En otros, por las restricciones que supone no sólo del abastecimiento, sino también de las expectativas de futuro.